Los programadores de la NFL de nuevo gustan de esta rivalidad de la División Este de la NFC e inclusive haciendo de este platillo uno para manteles largos en juego de domingo en la noche.
Como han cambiado las cosas para ambos equipos desde aquella victoria del 2015 a favor del equipo de Jason Garrett por marcador final de 27-26 con una escapada al puro estilo del mismo Houdini por Tony Romo con escasos segundos en el reloj.
Ya para el 2016, fue Eli Manning el que pudo vestirse de héroe encontrando a Victor Cruz en las diagonales solventando el juego a su propio favor 20-19 ante un neófito Dak Prescott en el AT&T Stadium.
Para esta apertura, se espera otro lleno escandaloso en el gran coso de Arlington, Texas, que por cierto avisa en comunicado de prensa que la fanaticada llegue temprano porque a tiro de piedra los Rangers de Texas de la gran carpa reciben a los Mulos de Manhattan al filo de las 2pm tiempo central en doble cartelera dominical.
Mucho que dialogar en esta la confrontación número 110 entre estos añejos rivales, desde los líderes ofensivos con armas muy diferentes, defensivas con personalidades opuestas y factores en equipos especiales que pudieran marcar la diferencia al silbatazo final.
Clave 1 –Lucha de mariscales de campo. En esta esquina, vestido de azul y blanco, veterano de trece temporadas y ganador de dos Súper Tazones, Eli Manning. En esta otra esquina, la sensación del 2016 en su temporada de novato, portando los colores azul y plata, Dak Prescott. Tanto uno como el otro tienen lo necesario para imponerse al rival, pero de maneras muy diferentes. Para Manning, será el juego aéreo la tónica a seguir en busca del zarpazo inmediato, mientras que para Prescott será el juego metódico y pausado con un juego terrestre que hace de la ofensiva vaquera una arma de doble filo, tanto con el balón así como el efecto positivo para la defensiva de Rod Marinelli. Importante será que Prescott mantenga la calma sabiendo que su línea ofensiva es su verdadera fortaleza, y no caer en la desesperación aun si los pupilos de Ben McAdoo se van arriba en el marcador desde temprano.
Clave 2 – La trincheras bajo la lupa. Estos Gigantes presumen una frontal defensiva con verdaderos monstruos en Olivier Vernon, Jason Pierre-Paul y Damon Harrison, inclusive con la adición del novato Dalvin Tomlinson, que seguro entrará en las rotaciones de refresco. El poder llegarle desde temprano a Prescott dependerá en gran parte en la efectividad del juego terrestre con Ezekiel Elliott, Darren McFadden y Alfred Morris, ya que la jugada de atracción jugará un rol vital para el coordinador ofensivo Scott Linehan en busca de desbalancear a los frontales, abriendo así la oportunidad de encontrar a Cole Beasley y el novato Ryan Switzer en trayectorias cruzadas, algo que fue el pan de cada día para Beasley en el 2016. De especial interés será la confrontación entre el esquinero Janoris Jenkins y Dez Bryant, que tuvo un campamento y pretemporada sin aspavientos en lo que se espera sea el Bryant que todos esperan se aparezca en escena.
Clave 3 – Circo aéreo de la metrópolis. Los Gigantes llegan a este juego con la duda grande de si juega o no el ala abierta Odell Beckham Jr., luego de su lesión en pretemporada ante los Cafés de Cleveland. La realidad, sin haber practicado durante la semana y el haber sido marginado durante gran parte de la pretemporada, tiene la moneda en el aire, haciendo esta una decisión del día de juego. Del otro lado, el recién desempacado Brandon Marshall está en busca de volver a la senda de los enigmáticos receptores abiertos de la NFL, luego de saltar de equipo a equipo en recientes campañas. Será muy evidente desde temprano en el juego si él y Manning lograron embonar durante su tiempo de preparación. El detalle para los visitantes es la falta de juego terrestre, teniendo que montarse sobre Paul Perkins, sobrino del gran Don Perkins de aquellos Vaqueros de los 60's cuyo nombre forma parte el Anillo del Honor del AT&T Stadium. Perkins tomó las riendas del acarreo hacia el final del 2016, temporada que viera a los Gigantes llegar a la gran fiesta con marca de 11-5 cayendo ante los Empacadores en Green Bay en juego de comodines.
Clave 4 – El Talón de Aquiles azul y plata. Durante la pretemporada edición 2017, se ha comentado ad nauseam el hecho que la presión defensiva de la frontal vaquera es el punto flaco del equipo rumbo a la temporada regular. Gente como Tyrone Crawford, que se declara recuperado de una lesión en el tobillo sufrida al principio del campamento en Oxnard, Benson Mayowa, Maliek Collins y Stephen Paea tendrán la responsabilidad de irrumpir sobre el juego aéreo a sabiendas que el juego por piernas pasará a segundo plano. Importante será la asignación del profundo Byron Jones sobre el novato ala cerrada Evan Engram, ya que este pudiera jugar un papel protagónico al puro estilo de válvula de escape al momento de buscar mover las cadenas. La lupa estará puesta firmemente en el número 54 vestido de azul y plata Jaylon Smith, cuyo ansiado debut llegará luego de su larga y fortuita recuperación. Junto con Sean Lee, estos serán responsables de asegurar el perímetro inmediato de manera de neutralizar el anémico juego terrestre forzando dicho juego por aire, dando la oportunidad de intercepciones y balones sueltos.
Clave 5 – El puntapié que marca la diferencia. Como espectáculo, nada como una rivalidad divisional para despertar el ánimo de sus fanaticadas, e inclusiva las pasiones del amante al drama en los emparrillados. En muchas ocasiones, estos juegos se tornan un juego de ajedrez donde el juego de pies dicta sentencia en cuanto a la posición de campo y el resultado final. Ambos equipos cuentan con buenos pateadores de despeje, Brad Wing por parte de los neoyorkinos y el ahora millonario Chris Jones por los de casa. En cuanto a los otros pateadores, la balanza estará claramente a favor del veterano Dan Bailey, de lo mejor en la historia de la NFL, ante Aldrick Rosas, de raíces mexicanas oriundo de Orland, California que hiciera sus pininos en la Universidad del Sur de Oregon. Firmó como agente libre en el 2016 con los Titanes, sufriendo al fin de aquella pretemporada la visita del turco. Ya para el 2017 le ganó la partida al veterano Mike Nugent en el campamento de los Gigantes y ahora se perfila para la gran responsabilidad de verse en el ojo del huracán al momento de asegurar el juego con un intento de gol de campo. Rosas se declara listo, promulgándose amante de la presión, desde aquellos días como mediocampista en la preparatoria cuando sus compañeros de clase lo instaron a darle un patín al balón ovalado.
