A remar bajo nueva bandera.
Cada jugador en la NFL sabe que cualquier jugada puede ser su última. En un deporte tan violento, la velocidad junto con la masa física de pronto hacen posible una lesión tan grotesca como la acontecida en el AT&T Stadium el domingo pasado, uno que diera la vuelta al universo del deporte.
Lo mismo se puede decir del repentino cambio de dirección cuando de pronto hay un nuevo mariscal de campo encargado de lidiar con tal responsabilidad. Dak Prescott lo venía haciendo de manera sobrehumana, y de no haber sido por los intercambios de posesión que se tuvieron que sufrir, la defensiva azul y plata no hubiera sido un foco tan negativo de atención.
Cierto que hay un nuevo sherriff en el condado de Arlington. Andy Dalton ahora esta al mando de la ofensiva vaquera y su responsabilidad es ahora tomar las riendas y ejecutar un nuevo plan de juego, particular muy probablemente a sus propias bondades. Tiene armas en todos los departamentos, pero así como todos los otros 31 equipos de la NFL, la línea ofensiva es un crucigrama de los difíciles de resolver semana tras semana y será importante buscar escudarse con un juego terrestre confiable y efectivo.
Los Cardenales presentan un verdadero acertijo, con un juego terrestre explosivo con la presencia de Kyler Murray, el oriundo del suburbio de Allen, justo al noreste del AT&T Stadium. Junto con un efectivo duo de corredores en Kenyan Drake y Chase Edmonds, la mejor defensiva serán las ofensivas largas y consumidoras de tiempo que mantengan a la ofensiva color rojo cardenal como espectadores en la banca.
Para el domingo les tengo estas cinco claves del juego.
Clave 1 - Que le den de escoger del menu. Dalton es un veterano con un largo historial en la liga como titular. El de pronto encontrarse como el centro de atención antes de una jornada no es ningún misterio, la única duda es cómo se adecuará la estrategia ofensiva bajo su mando. Todo parece indicar que la tónica será la de desacelerar el tempo del juego, uno con más énfasis en Ezekiel Elliott, y los pases rápidos hacia el centro del campo con tanto alas cerradas como abiertas. Qué tan efectivo es este ajuste en su preparación será evidente desde un principio, y para Mike McCarthy el asegurar que Dalton se sienta cómodo es la consigna.
Clave 2 - Cuidado con el eléctrico. No hay duda que cuando Murray esté en el campo, cualquier cosa puede suceder. El mandamás ofensivo visitante puede lanzar de pronto un dardo de larga distancia con DeAndre Hopkins, escaparse para 40 yardas, así como esconderse con un efectivo juego terrestre. En este caso, viendo la realidad defensiva que acosa a los Cowboys, es mas bien contenerlo en lugar de tratar de neutralizarlo. No hay duda que Murray comandará una ofensiva que anotará puntos, pero para Mike Nolan será el cruzar los dedos que de pronto el ovoide bote a su favor con algún regalo pre-navideño, porque a estas alturas el espectro de Murray con las deficiencias existentes es entrar a una casa de espantos en pleno Día de los Muertos.
Clave 3 - Encontrar el momento. El deporte de las tackleadas requiere de horas y horas de planeación en busca de la ejecución en el momento adecuado. Hay momentos donde se alinean los planetas y es tiempo de sacar aquella jugada secreta, la de pizarrón. Tomando en cuenta el ritmo lento de los Cowboys y el mantenerle el paso a los arranques ofensivos de Arizona, habrá el momento propicio de sacar de la chistera alguna jugada, que por definición sea inesperada y efectiva, para desbalancear al rival. Luego de varios intentos sorpresa en equipos especiales, ha llegado el momento de arriesgarse en momentos que por su propia definición presenta una oportunidad exponencial.
Clave 4 - Los cinco guardaespaldas. Ahora es la novela de las lineas ofensivas en la NFL. Los Cardenales tienen sus propios problemas, con sus guardias, tanto derecho como izquierdo que aquejan dolencias que han limitado a los veteranos T.J. Sweezy y Justin Pugh. Para ellos el juego de sillas musicales tiene nombres como Max Garcia y Justin Murray. La quinteta vaquera en el papel está escrito con lápiz, y con la llegada de un nuevo ritmo ofensivo se pudiera volver a lo básico, dejando a un lado la complejidad de una ofensiva de jugadas en serie. Aquí mucho dependerá que Elliott salga como animal enjaulado, sabiendo que mucho dependerá de saber que la línea de cinco esta limitada y ahi es cuando esos millones depositados del extraterrestre tienen que redituar. Este mismo ritmo pudiera hasta ser el antecedente de la ya mencionada jugada de laboratorio.
Clave 5 - Hace falta un nuevo protagonista. Aparte de los números estratosféricos de la ofensiva vaquera, y el hecho que estas alturas no aparentan poder continuar sumando estadísticas a tal ritmo bajo esta nueva bandera, ha llegado el momento que alguien, aparte de Elliott, Amari Cooper, Cee Dee Lamb o el mismo Jaylon Smith, se ponga el mote de estelar. El regreso de Leighton Vander Esch a las prácticas es un buen aliciente, vaya si lo han extrañado. Pero que hay de gente como Luke Gifford, que tenía promesa y ahora no se escucha su número. Cedric Wilson ha levantado en momentos su presencia, pero ahora falta que alguno de los profundos, como Darian Thompson, Donovan Wilson o Xavier Woods, de pronto roben algún envío para la causa. Por que no pensar que de pronto sean los linieros defensivos los que obliguen el soltar el pase interceptable, todo porque de pronto cambió la dirección del viento.