Mucho de por medio para la segunda vuelta luego de un esquizofrénico comienzo con tres victorias en casa y cuatro derrotas de gira. No hay duda que la ofensiva es el foco de atención viendo que el ser la número 29 en la liga no es lo que se esperaba para este equipo a estas alturas.
El presente equipo fue diseñado para correr el balón, controlar el tiempo de posesión y con esto en mente se llegó a contar con una línea ofensiva que fue, en su momento, la envidia de la liga. La selección del centro Travis Frederick en aquel draft del 2013 confundió a la nación vaquera así como la del corredor Ezekiel Elliott, cuando en ambas ocasiones se buscaban refuerzos del lado defensivo.
Pero así como el 2016 vino y se fue con promesa, el 2017 fue un verdadero caso de inercia echada por la borda por las razones ya por demás comentadas. Con las acostumbradas confusiones y reacciones a otra pre-temporada, Frederick fuera de una manera que ni el mismo Ripley se hubiera alucinado, la esperanza de una cuadrilla de receptores abiertos y alas cerradas por comité, llegaba el momento que Dak Prescott diera vuelo con lo que tenía.
Pues los resultados hasta el momento han arrojado muchos signos de interrogación. Mientras que la defensiva de Rod Marinelli se ha podido ejercer, la ofensiva simple y sencillamente no ha podido con el paquete. La derrota en Washington delata la necesidad de ajustes hacia la novena jornada cuando reciban a los Titans de Tennessee en lunes por la noche.
La nota de momento es el arribo del receptor abierto Amari Cooper, cuyos números con los Raiders en la presente temporada son similares a los del resto de sus ahora compañeros. Nada fuera de este mundo. Pero el llegar a parajes nuevos ahora como el posible número uno del departamento aéreo es la esperanza de poder estirar el campo de juego de manera más consistente.
¿Cuáles son las claves hacia la reaparición? Ahí les van algunas.
Clave 1 – Ajuste de actitudes. En el rudo deporte de las tackleadas los ajustes durante el medio tiempo es donde se separa la crema y nata de la estrategia con los que buscan solo sobrevivir de semana a semana. Cuando se logra un nivel de confianza en el esquema porque se cuenta con las piezas necesarias para ejecutar lo que se despliega en el pizarrón, es entonces cuando se pueden hacer las decisiones que separan las victorias de las derrotas. El caso de no jugársela en cuarta oportunidad en Houston es el ejemplo vivo de la falta de confianza en este renglón y esta actitud de no perder en lugar de salir a ganar es la marca de un equipo falto de algo que en el caso de los Cowboys se ha vuelto difícil de descifrar. Jason Garrett explicó en su momento que era una cuarta y casi dos largas yardas desde la yarda 42 de los Texans y decidieron no arriesgarse y soltar la pierna del zurdo Chris Jones. Esa no es la actitud de un equipo protagonista, y eso sin duda tiene que cambiar, pero para hacerlo de una manera orgánica es necesario tener la confianza de que las piezas están en su lugar para ser agresivos cuando se requiera.
Clave 2 – Dak, Dak y más Dak. Durante esta última pre-temporada al hacer el inventario de activos, la posición de mariscal de campo tenía palomilla. De hecho, el ver batallar a Cooper Rush no fue causa de alarma alguna porque ahí estaba Prescott, que luego de un 2016 de antología y un 2017 decepcionante por el caso Ezekiel Elliott, parecía listo para seguir evolucionando hacia uno de los grandes. No hay duda que el perder a Fredrick afectó, pero como dice el mismo Garrett, este deporte es de bancas y el perder a un elemento clave significa que es tiempo de ver a su substituto. Joe Looney no lo ha hecho mal, pero la línea ofensiva de Martin, Williams, Collins y Smith no ha sido la misma línea dominante y aquí es cuando se pone en la balanza si la mediocridad ofensiva es la falta de protección para Prescott. Si se agrega el hecho de ver como batallaron para correr el balón ante Washington, es tiempo de olvidar el 2016 y ponerse ha trabajar en una nueva realidad que lejos de buscar dominar las trincheras como el antaño tome en cuenta que ahora hay una nueva realidad porque las cosas han cambiado.
Clave 3 – Favor de ajustar sus cinturones de seguridad. Como lo hemos venido diciendoad nauseamsemana tras semana, el balance en todos los departamentos es clave para ser competitivos y llegar a la gran fiesta. El desbalance en este momento parece ser el juego aéreo, y con la lesión del único velocista en Tavon Austin la decisión de comprometer una primera selección del draft 2019 para traer a Cooper es muestra de ello. Lo curioso es la contradicción de ver como ante Jacksonville se anotaron 40 puntos y todo fue cantar y chiflar, pero ante Carolina, Seattle, Houston y Washington tal pareciera que algo se quedó en los vestidores del AT&T Stadium en Arlington. El análisis habla de un Prescott que no tiene la precisión necesaria con una protección que no es lo que era, evidencia de ello ver como hay pases que sobrevuelan, no llegan o simplemente no salen en la sincronía aérea necesaria para mover las cadenas. Por otro lado, hay quienes señalan que los receptores están desmarcados en sus rutas pero Prescott no los puede encontrar al momento de retroceder en la bolsa de protección, plantar los pies y surcar los aires. La amenaza de Cooper es bienvenida, pero como se logra explotarlo esta por verse.
Clave 4 – Cada semana un drama nuevo. Luego de la derrota 16-8 en Carolina, los altibajos del equipo azul y plata han sido muy visibles. La segunda jornada tenía a los Cowboys con la espalda contra la pared con la visita de los Giants, reto que se pudo resolver. La tercera jornada en Seattle no tenía necesariamente este ácido de drama, pero el regresar con la derrota hacia del juego ante los Lions de nuevo creaba un ambiente de urgencia. Este ciclo siguió ante los Jaguars, pero en esa ocasión el resultado parecía por fin ponerle un tinte de positivismo hacia el juego ante su rival divisional en la capital. Ahora la presión del descanso obligado se incrementa exponencialmente considerando la situación en la división y el hecho que quedan dos juegos ante Philadelphia, uno ante Washington, otro ante Nueva York y sendos juegos ante Nuevo Orleans, Tampa Bay, Indianápolis, Atlanta y el próximo ante Tennessee. Lo que se busca es rendir cuentas ante los Titans en casa, como lo han podido hacer hasta ahora, para que la intensidad deje de ser negativa para ahora convertirla en positiva. No hay duda que siempre habrá atención sobre el equipo de Jerry Jones, pero el seguir remando sin timón a la ofensiva hace de esta atención un lastre y eso es desgastante para cualquiera.
Clave 5 – El ganar lo cura todo. En este deporte no existen las derrotas morales, que se jugó bien, se luchó pero al final se quedaron cortos. El ver como Brett Maher le pega al poste y se pierde en Washington son gajes del oficio, pero hay que hacer un serio inventario del corazón vaquero y que tanto están los jugadores convencidos que la cúpula los tiene trabajando hacia el éxito. Tal parece que los jugadores no han tirado la toalla y su entrenador en jefe sigue siendo el mandamás junto con sus asistentes. El juego ante los Titans de Mike Vrabel es un gran reto, y con dos equipos con marcas de 3-4 es tiempo que los anfitriones vuelvan a tener esa mística que tuvieron ante los Giants, Lions y Jaguars porque solo así van a poder seguir todos en la misma dirección. Tras bambalinas es otro mundo y esta es una realidad en todos los deportes, y en el caso de los Dallas Cowboys el enderezar el camino se traduce en que las decisiones de los de pantalón largo se reflejen de manera exitosa en el terreno de juego.