Al AT&T Stadium llegan dos equipos en direcciones opuestas.
Por su lado, los ahora Comandantes de Washington llegan luego de una verdadera zarandeada en su propio patio donde a juzgar del color verde presente en el FedEx Field de Landover, Maryland, la fanaticada del equipo de Daniel Snyder prefirieron sufrir en sus casas que ir a presenciar tal martirio en carne propia.
Carson Wentz, que en un momento fuera el güerito de oro de estas mismas Águilas de Philadelphia, no supo si fue palo o pedrada al ser capturado en nueve ocasiones, mientras que Jalen Hurts tuvo un día productivo con sus 22 pases completos de 35 tirados para 340 yardas y tres pases de anotación.
La defensiva del equipo de Ron Rivera fue testigo de un verdadero circo aéreo con los receptores DeVonta Smith y A.J. Brown combinándose para 13 completos para 254 yardas y dos anotaciones en la sonada victoria 24-8 entre rivales divisionales, mientras que los Cowboys regresaron de su propio duelo divisional con su propio resultado a favor.
Mientras Cooper Rush manejaba el autobús de manera sólida para un 6-3 a su favor luego de la primera mitad, Wentz sufría las de Caín siendo blanqueado en su propia primera mitad al son de 24-0 con una segunda mitad donde una auto-anotación en el último cuarto ponía el resultado parcial en un peripatético 24-2.
Ciertamente dos equipos cuyas flechas apuntan en direcciones opuestas.
Por su lado, los Cowboys parecen haber encontrado la tónica al jugar sin intercambio alguno con su propio acto acrobático de tres pistas con un verdadero juego complementario que dejó sonriendo a la nación vaquera con poco de que quejarse. El dúo dinámico de Tony Pollard y Ezekiel Elliott se combinaron para 28 acarreos para 178 yardas que fueron oxígeno puro para abrir los cielos en una segunda mitad donde CeeDee Lamb pudo enterrar una primera para el olvido con una joya de anotación en el cuarto episodio para alejarse ya 20-13 con 8:30 restando rumbo al cierre de su visita annual al MetLife Stadium de East Rutherford, New Jersey.
Los Vaqueros buscan repetir la hazaña de un 6-0 ante estos rivales divisionales en una División Este de la NFC donde el campeonato divisional ha sido compartido sin ninguno de los cuatro pudiendo repetir desde los cuatro al hilo de las Águilas del 2001 al 2004.
Ahora, podemos crear un paréntesis momentáneo en cuanto a los resultados inmediatos de ambas escuadras para de momento recordar que estos dos, Vaqueros y ahora Comandantes, representan quizá una de las rivalidades más añejas y memorables en el largo historial de la National Football League (NFL). Por lo mismo se puede decir que en juegos como estos, uno como aficionado al deporte sabe que cualquier cosa puede suceder.
Los Vaqueros llegan con la ofensiva total 23 de la liga, siendo la once con el acarreo y 24 con el pase. A la defensiva son la novena total, la 23 defendiendo el acarreo y la cuarta ante el pase. Por su lado, los visitantes traen la ofensiva total número 19, siendo la 24 en el acarreo y la novena pasando. La defensiva del coordinador Jack Del Rio arrastra la cobija siendo la 27 total, 21 ante el acarreo y 28 ante el pase.
Los números delatan aquellas flechas ya mencionadas, donde el juego complementario entre ofensiva y defensiva tiene de momento al juego terrestre azul-plata dándole respiros a su propia defensiva con ofensivas traga cronómetro. La ofensiva de Wentz y compañía tuvo un largo día en su última salida y su propia falta de juego complementario dejó mucho que desear para un Ron Rivera seguro sintiendo pasos en la azotea.
Por lo pronto la presión sobre Mike McCarthy se ha disipado un poco con su propia racha de victorias consecutivas demostrando que ha podido preparar a su mariscal de campo reserva y mantener esta ofensiva como traje a la medida, donde Kellen Moore de nuevo trae aquel ángel que lo acompañara en los buenos momentos cuando hasta la preocupación era que hacía maletas para dirigir a otro equipo.
Seguro con estas dos victorias consecutivas el AT&T Stadium lucirá otro lleno escandaloso con la verdadera posibilidad de ver una victoria en la versión 125, con dos en postemporada, de tan colorida enemistad entre franquicias que suelen dejarlo todo en el terreno de juego.
Con otra versión de esta rivalidad añeja de por medio, les paso mis cinco claves del juego.
Clave 1. Aprovechar el momento. No hay duda que los Comandantes andan buscando respuestas a un gran volumen de preguntas. La línea ofensiva fue una verdadera coladera permitiendo aquellas nueve capturas y ahora los que se frotan las manos son unos lobos comandados por Dan Quinn. Micah Parsons junto con un resurgido Demarcus Lawrence y sus tres capturas de Daniel Jones tendrán la oportunidad de lucirse y en serio, mientras que Leighton Vander Esch y Anthony Barr siguen jugando con cierta frialdad sin ser espectaculares. La verdad es que Saquon Barkley pudo generar ofensiva con sus 14 acarreos para 81 yardas, con el propio Jones contribuyendo sus nueve escapadas para 79 yardas, la defensiva ante el acarreo de los Vaqueros es vulnerable y será la responsabilidad de los corredores Antonio Gibson y J.D. McKissic de generar amenaza. Pero aquí la meta es muy clara, se trata de primero cerrar al máximo el juego terrestre para luego comenzar a darle de palazos a la piñata.
Clave 2. Nada controvertido. La semana pasado el dueño y gerente general Jerry Jones reveló su propia interpretación de lo positivo que sería tener que hacer una posible decisión al momento de regresar Dak Prescott con el entendimiento que las cosas se mantuvieran viento en popa para Cooper Rush y la ofensiva que ahora comanda. Adelantando la carreta al burro, es una manera de verlo, sabiendo que este, considerando que serían las tres o hasta cuatro victorias de Rush en la ausencia del titular, significaría una racha positiva de resultados. Para los jugadores no hay vuelta de hoja — cuando esté listo Prescott el saldrá al emparrillado cuales sean los resultados. Rush sabe que él es el mariscal de campo reserva, punto. El anda conduciendo el autobús de momento y para McCarthy el preparar a su discípulo actual es cuestión de tomar cada juego, cada mitad, cada cuarto y cada jugada, una a la ves. Sin distracciones.
Clave 3. La reaparición esperada. Se espera ahora sí la reaparición tan esperada de Michael Gallup para la cuadrilla de receptores abiertos, cosa que estuvo a punto de suceder la semana pasada ante los Gigantes. La presencia de Gallup ahora pondrá en relieve que Lamb no puede ser el receptor abierto de la primera mitad que produjo solo seis puntos, sino la amenaza por aire de la segunda mitad donde la producción se tradujo a un total de 17 puntos. Aun cuando Noah Brown y el novato ala cerrada Peyton Hendershot le quitaron algo de la presión a Lamb, la presencia de Gallup cambia completamente la fisonomía del juego aéreo al estira el campo de juego con sus dotes de elusividad, instintos y relampagueante velocidad. Y no nos estemos adelantando creando otro escenario de andar especulando quien es el verdadero receptor abierto número uno entre receptores, mejor dejemos que el número 13 salte a la grama, le quite la presión de dobles coberturas a su compañero y lejos de pensar en mañana salir a ganar el juego del momento.
Clave 4. Ahora es cuando. Con todo la catarsis ofensiva de la semana pasada, el pateador de despeje Tress Way tuvo ocho entregas de balón luego de verse estancados a la ofensiva una tras otra ves. A ojo de buen cubero, no pareciera que estos Comandantes van a encontrarle soluciones a sus problemas ofensivos de una semana a otra, y de no haber un juego de errores y horrores de la defensiva vaquera, seguro habrá de nuevo una saludable cantidad de cuartas oportunidades en territorio propio instando al zurdo Way de darle el puntapié. Pase usted joven, le pudiéramos decir al chaparrón DaVonte Turpin, cuando ande parado en su propia yarda 20 esperando una patada de despeje desde la 20 del contrario, donde el propio pateador de despeje le pondrá aire esperando que su equipo de cobertura pueda neutralizar al que espera el ovoide. Este el el escenario ideal para Turpin, donde su propia habilidad de esquivar y visualizar con el balón asegurado lo pondrá en la diagonales o de perdido con un saludable regreso a territorio contrario.
Clave 5. Pasando por buen momento. Luego de la debacle ofensiva que fue la apertura de temporada ante Tom Brady y los Bucaneros resultando en apenas tres puntos, los resultados de 20 y 23 puntos fueron acreedores de victorias ante Bengalíes y Gigantes. Volvemos al juego complementario, y con la solidez de Rush se espera otro juego donde el anotar más de veinte puntos significa que la defensiva hará lo suyo apretándole el pescuezo a la ofensiva contraria con menos de los mismos veinte. Suena sencillo, y es una verdadera continuación de darle a la ofensiva un plan de juego manejable sabiendo las bondades con las que se cuenta. La afición debería estar presente, ondeando los pañuelos blancos y lejos de ser espectaculares aprovechando el mal momento del rival, ser consistentes y salir con otra victoria divisional no pensando siquiera en las siguientes visitas a los Carneros y Águilas. Para los Cowboys y para la afición, el juego más importante es el que se juega el domingo al mediodía en el coso de la ciudad de Arlington, Texas. Punto.