Ya con el descanso obligado en los libros, el equipo de Mike McCarthy busca algo rayo de luz que los haga creer que pueden competir.
Tal parece que esta versión del equipo de la estrella solitaria se ha pintado en una esquina con el mote de mediocridad considerando los resultados arrojados ante rivales como los Leones, Santos y Urracas.
Ciertamente falta claridad en todas las líneas, considerando que no pueden correr el balón ni pueden defender el acarreo, dos de los principios más básicos de esta National Football League (NFL), que los tiene buscando respuestas a preguntas irrefutables.
Ante los gambusinos existe una rivalidad que comenzó en los 60's con el arribo de los Vaqueros a la liga. Se han enfrentado en 40 ocasiones y mientras los tejanos han ganado seis de los últimos diez encuentros, de pronto el equipo de la bahía ha dominado a su similar en la ultimas tres ocasiones, comenzando con una verdadera bailada el 8 de octubre del 2023 por marcador de 42-10 en el mismo Levi's Stadium del norte del estado californiano.
Ahora en otra oportunidad de convencer bajo las luminarias candentes de un juego a nivel nacional, los Cowboys arrojan una marca de 2-0 en este escenario en el 2024. Aparte, para buscarle el lado amable, arrojan una marca de 24-11 en juegos luego del descanso obligado, siguiendo las 26 victorias de Philadelphia y 25 de Denver que en esta clasificación son las máximas desde que instituyo dicha semana de asueto en la liga.
Lo cierto es que llegan dos equipos con cierto aire de misterio en cuanto a la dirección de la que vienen y para donde van, considerando que sus últimas salidas dejaron viendo visiones tanto a jugadores, administradores y fanaticadas que siguen portando los colores de su equipo favorito en la buenas y en la malas.
Para esta octava jornada los Vaqueros tiene la ofensiva total número doce de la liga, la 32 por acarreo con escaso promedio de 77.2 por juego y número dos con el pase. A la defensiva son la 24 total, 27 ante el acarreo permitiendo 143.2 yardas por juego y 19 ante el pase.
Por su parte esta edición de los gamusinos traen la ofensiva total número tres, número siete con el acarreo con promedio de 149.9 yardas por juego y la cuatro con el brazo de Brock Purdy. A la defensiva son la catorce total, siendo la número doce ante el acarreo permitiendo un promedio por juego de 112.9 yardas y la número 16 ante el pase.
Parte del detalle son los 43 castigos para 331 yardas en contra de los Cowboys ante los 31 para 307 yardas de los anfitriones. También esta el rubro del -6 en capturas/entregas de balón del equipo de la estrella solitaria al +2 del equipo de Kyle Shanahan.
Con esto en mente vamos a las cinco claves del juego entre dos equipos que de pronto están medios perdidos en mar abierto sin piloto ni timón.
Clave 1. Nadie se salva. Las lesiones han existido desde que se instituyó el rudo deporte de las tackleadas haya en los 1890's con el juego universitario del antaño. Increíble pensar que para principios del siglo 1900 la violencia del deporte en este nivel causó que casi se abandonara dicha disciplina por la rudeza que contraía lesiones tan aparatosas. Pues hoy en día estas lesiones, desafortunadamente, siguen siendo parte del quehacer cotidiano de poner a once contra once en un emparrillado a nivel profesional. Para este cotejo las lesiones marcan pauta, y para ambos equipos es esencial tener un cuerpo listo para entrar al quite, tomando en cuenta que siempre van a existir estas situaciones en todas las filas. Con jugadores como DaRon Bland, Micah Parsons, DeMarcus Lawrence, Christian McCaffrey, Brandon Aiyuk y Deebo Samuel en la congeladora el espectáculo se se empañado, pero es algo que los 32 equipos de la NFL tienen que considerar desde las mismas prácticas hasta el propio Súper Tazón.
Clave 2. Lo más básico. Para cualquier equipo de futbol americano en cualquier nivel el correr el balón y defender el acarreo es la línea uno de cualquier estrategia. Viendo la marca de 3-3 al momento, como solía decir el gran Bill Parcells, eres lo que tu marca dice que eres, de momento el equipo de la estrella solitaria esta ciertamente remando contra la corriente. Dejemos a un lado todo lo que se ha dicho en las últimas semanas, particularmente durante esta semana de descanso, la realidad es que estos Cowboys no pueden ejecutar ni defender el acarreo y esto los hace un equipo del montón. Pero, ¿qué se puede hacer con lo que se tiene? La pregunta de los millonarios. Hay que sacar agua del pozo, y esto se traduce a sacar la casta y jugar con un espíritu de guerrero considerando que ha estas alturas, con once juegos de por medio y el campeonato divisional en la mira, hay que hacer a un lado los dimes y diretes y enfocarse en cada jugada como si fuera la última. La gran pregunta es si el equipo de Mike McCarthy tiene la profundidad espiritual de ponerse las pilas y volver a controlar las trincheras y correr el balón.
Clave 3. Presionar al desesperado. La temporada anterior Brock Purdy andaba surcando los aires, con una soberbia que se tradujo en 31 pases de anotación y once intercepciones llegando hasta el Súper Tazón en duelo ante los ahora campeones Jefes de Kansas City. Estos mismos Jefes de Pat Mahomes le mostraron a Purdy y Shanahan que son una sombra del antaño apagando a una diezmada ofensiva que dejó dinero en la mesa con marcador final de 28-18 en su propio patio. Ahí esta el pan. Sea quién sea, hay que hostigar de principio a fin al mariscal de campo gamusino y obligarlo a los horrores que tuvo la semana pasada con sus tres intercepciones que lejos de costarles, fue en momentos un hazmereir de mayúsculas proporciones, al grado de ver al propio Shanahan dándole una verdadera regañada al novel mariscal de campo al finalizar el juego. El detener el acarreo de Jordan Mason está en el aire, en cuanto a que si pueden neutralizarlo o no, pero si se ponen a ver el video de la semana pasada tiene que haber una estrategia para llegarle a Purdy y obligarlo a perder la cordura de nueva cuenta. O sea, es vital.
Clave 4. El balance es esencial. Ya como melorico, repitiendo lo mismo, hay que correr el balón. Punto. El establecer el acarreo es el primer domino de una larga y sostenida cadena de circunstancias que marcan la pauta en este deporte en todos los niveles. Cuando se instituyó aquel "run and shoot" de Mouse Davis y los desaparecidos Petroleros de Houston, era entrar con cinco alas abiertas y dos alas cerradas buscando controlar por aire, y pues eso simplemente no acabo tomando raíces. El correr el balón le da continuidad a la posesión del balón, pone a pensar a la defensiva contraria, abre el aire con el engaño y deja descansar a la defensiva propia. Estos Cowboys edición 2024 aparentemente se contagiaron de la falta de relevancia de los corredores y pensaron que con el que fuera podían llenar el espacio, y esto se ha vuelto el soberbio balazo por la culata. También esta en evidencia que la línea ofensiva no esta al nivel necesario, haciendo nota que el propio Zack Martin tuvo una de sus peores salidas en su carrera ante los Leones al son de un macabro 47-9 en su propia guarida. Los Cowboys estarán obligados a ponerle un verdadero hasta aquí con lo que tengan y esto comienza con correr el balón, abrir huecos y encontrar la manera de entrar a la zona roja y visitar las diagonales. A ver si es cierto.
Clave 5. Espectáculo de antología. En juego de domingo en la noche se espera un lleno escandaloso en el coso de Santa Clara. No hay ninguna excusa aceptable para no llegar sobrados en cuanto a las ganas de salir a competir, y lejos de saber que es lo que se siente y ve tras bambalinas, un esfuerzo positivo puede de pronto prender la mecha con juegos futuros de alta relevancia. Habrá aquellos que dirán que estos Cowboys no llegan a la gran fiesta en enero, pero dentro de los vestidores son los gladiadores los responsables de ponerle un alto a tal negativismo. El ganar lo cura todo, y en un escenario como este, es tiempo de mostrarle al universo de la NFL que no solo se gana con talento, pero se gana con ganas, valga la redundancia, y es tiempo que Mike McCarthy inspire a ser lo mejor de si mismos. Sea quien sea que esté en el terreno de juego y con una verdadera cuenta regresiva, el momento es ahora.
