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5 Claves del Juego: Cowboys vs Commanders - Semana 18

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Con ayuda de varios frentes los Cowboys ahora están al volante. 

Los planetas se alinearon con un final para el propio Ripley en el AT&T Stadium, resultado que seguirá en discusiones para rato, mientras que los pajarracos rojos hundieron hasta más al susodicho maremoto verde.      

Tal parecía que los Vaqueros afinaban motores para ver que tanto ajuste requerían ante un protagonista con esperanzas a ser el primer sembrado de la Conferencia Nacional (NFC) mientras que las Águilas de Philadelphia solo tenían que ganarle a unos patéticos Cardenales para coronarse campeón divisional. 

Desde aquella derrota de Philadelphia 42-19 a manos de los gambusinos en la bahía, han sido derrotas ante Dallas, Seattle, una cerrada victoria ante los Gigantes en casa para luego caer ante los Cardenales de Kyler Murray y James Conner por marcador de 35-31 donde mostraron que lo que se decía de la tensión tras bambalinas de alguna manera era cierto. 

Cuando el río suena, piedras tiene.

Hace escasa semana el gran tackle izquierdo Tyron Smith parecía ser congelado luego de no practicar durante toda la semana y la razón se deducía el guardarlo para la eventual gira de postemporada, pasara lo que pasara ante Detroit, tomando en cuenta que Philadelphia ya le estaba poniendo lustre a la corona divisional para ponérselo en el coco.

Pues aparte de que Chuma Edoga estaba un tanto tocado y como quiera su desempeño dejó mucho que desear en Miami, Smith salió del túnel como toro de lidia listo para el juego ante los Leones y de nuevo demostró el porque es una pieza clave del espíritu de este equipo luego de sus ahora 14 temporadas en la liga.

¿Será que los Cowboys sabían que su rival divisional estaba a punto de perder su cuarto juego en cinco semanas dejando el zaguán abierto para que los muchachos de Mike McCarthy les arrebataran el trapo para ahora ellos darle la pulidita a la corona antes de ponérsela? 

Lo cierto es que ahora es ganar o ganar ante un equipo verdaderamente sin fondo, con un entrenador en jefe en Ron Rivera que se vestirá de guinda por última vez, un plantel que seguro tendrá un cambio total y el comienzo de una nueva jerarquía en la capital luego de un final de la era Snyder que se desenvolvió como una verdadera tragedia griega. 

Los Cowboys llegan como la ofensiva seis en general, 14 en el acarreo y cuatro con el pase.  La defensiva azul-plata es la número ocho de la liga, 20 ante el acarreo y cinco ante el pase.  Por su lado los capitalinos llegan con la ofensiva número 21 total, 24 con el acarreo y 18 al elevar el pase.  Son la defensiva número 32 de la liga, 25 ante el acarreo y la 31 ante el pase. 

Con los momios favoreciendo a los visitantes por hasta 13.5 puntos, vamos a las cinco claves del juego para la confrontación número 128, incluyendo dos de postemporada, para esta versión de Cowboys-Commanders.

Clave 1. No hay que apurarse. Si viene cierto que en cada juego de la NFL siempre hay la posibilidad de que suceda lo inesperado, pues en esta caso si los Comandantes le ganan a los Vaqueros como lo hicieron para cerrar la temporada anterior 26-6 estrenando a Sam Howell como mariscal de campo titular, pues atrás "fielders". Cierto que parte de la victoria ante los Leones fue un suceso al azar, pero una victoria es una victoria y seguramente Mike McCarthy no se andaba lamentando los "horrores" sucedidos con lo acontecido en el "Reportgate" final. Los Comandantes solo tienen el orgullo de por medio porque ni a su entrenador en jefe pueden salvar de la guillotina, y para los Vaqueros el jugar sólido y sin prisa dejando que el juego les caiga en el regazo es parte de la fórmula. Washington seguro saldrá agresivo sin nada que perder, y mucho dependerá de como aguantan estos primeros embates los Cowboys. La cuestión es saber que son el equipo superior y comprobarlo al momento de ejecutar ante un equipo que seguramente será a fin de cuentas su propio peor enemigo.

Clave 2. Juego terrestre. Las últimas semanas ha representado un reto para el juego por piernas de los Cowboys con la carta de presentación siendo Tony Pollard. Solamente ante los Cardenales en aquel Waterloo en el desierto rebasó el centenar con 122 yardas, y en las últimas semanas han sido 59 ante Philadelphia, 52 en Buffalo, 38 en Miami y 49 en este último en casa ante los Lions. Rico Dowdle le ha dado una chispa a la ofensiva de McCarthy/Schottenheimer, y luego de lidiar con molestias varias esta ahora catalogado como "full" en cuanto a su carnet de prácticas de esta semana, y esa es una buena noticia. Ante la frontal de Washington habrá la oportunidad de afinar motores al enfrentarse a la peor en yardas permitidas totales de la liga, siendo de las más porosas permitiendo un promedio de 126.5 yardas por juego ante el ataque terrestre. Para ellos el tackle defensivo Jonathan Allen y el ala defensiva Casey Toohill ambos están tocados siendo catalogados como cuestionables, y esto es algo que debe aprovechar el dúo de corredores azul-plata sabiendo que en ocho días en la gran fiesta los que quedan de pie son los que pueden controlar las trincheras y el reloj cuando llegue la pausa de los dos minutos.

Clave 3. Que no se repita. La temporada pasada estos dos mismos equipos se enfrentaban en el mismo FedEx Field para terminar la temporada regular con vistas los visitantes también de llegar al torneo final. Se vivía otro momento de decidia en cuanto al campeonato divisional con de nuevo las Águilas de por medio. En ese encuentro los Cowboys pudieran haberse coronado con una victoria y que los Gigantes hubieran emboscado al anfitrión en Philadelphia, pero a fin de cuentas el equipo de los pantanos descansó jugadores, uso a su mariscal de campo de tercer equipo pensando más en la siguiente semana luego de llegar a jugar en la postemporada haciendo de Brian Daboll el entrenador en jefe del año. Pero de ningún lado se dieron las cosas, comenzando con un equipo de Dak Prescott que salió falto de filo cayendo 26-6 con una línea estadística de 14 completos de 37 intentos para 128 yardas y una intercepción de Kendall Fuller hasta las diagonales. Para Sam Howell, que salía de titular por primera ocasión en la temporada en el lugar del peripatético Carson Wentz, su propia línea estadística marcaba 11 de 19 para 169 yardas con un pase de anotación con Terry McLaurin y hasta uno por piernas, agregando las 154 yardas por tierra de gente como Jaret Patterson y Jonathan Williams. Hay paralelos, pero esto no puede volver a pasar.

Clave 4. Juegos aéreos. Los números de los Cowboys a la ofensiva son por mucho superiores a los de los Commanders, con un CeeDee Lamb en la verdadera estratosfera entre receptores abiertos de la liga. Sabiendo que hay que mantener a los rivales enfrente desde un principio y que no se les salgan del huacal, es importante aprovechar el momento por el pasa Lamb para abrirle camino a los demás, apuntando a Brandin Cooks, Michael Gallup y hasta, porque no, KaVontae Turpin. De nuevo, el juego terrestre está obligado a aparecer, la combinación Pollard/Dowdle tiene que contribuir, para que de esta manera se pueda aprovechar que Prescott pasa por buen momento anímico, tendrá a su línea ofensiva casi intacta, con la posible ausencia de Tyler Smith, y que su arsenal incluya la presencia de Jake Ferguson y hasta tirarle el balón a un Peyton Hendershot. Es el momento propicio de reencontrarse con Michael Gallup, que desde hace semanas es una sombra de lo que se esperaba a estas alturas, y ante un equipo rumbo al matadero, es tiempo de renacer con visita a las diagonales.

Clave 5. Que viva la rivalidad. En estos juegos siempre existe un cierto frenesí antes de la patada inicial. Se habló de esto y aquello durante toda la semana, las aficiones se preparan para el festín antes del juego, llegan con sus colores puestos y es tiempo de disfrutar del espectáculo que es esta rivalidad divisional. Para los juegos en el FedEx Field existe un fenómeno poco visto, y ese es la cantidad desmedida de aficionados vestidos de azul-plata, algo que se viene dando desde hace mucho tiempo. No estará fuera de órbita que con el juego ya decidido llegando la pausa de los dos minutos, que los vestidos de amarillo y guinda estén buscando las salidas mientras que los aficionados al equipo de la estrella solitaria se queden para celebrar su campeonato divisional número 25 en su largo historial. Aquí lo importante es tomarlo con calma, claro, celebrando la primera meta que se fijaron en el campamento de entrenamiento en Oxnard, CA que es ganar la división y recibir juego en casa. Siendo así, como segundo sembrado, recibirían al séptimo sembrado en casa y de solventar ese, recibirían al peor sembrado resultado de la primera semana, y de ganar ese, regresar en busca de su novena corona de la Nacional Football Conference (NFC).

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