Tal parece que los más sorprendidos del último resultado fueron los mismos Cowboys.
Se sabía de la peligrosidad de los Bills de Josh Allen, particularmente el hecho que buscaban en su momento continuar en la lucha por un pase legítimo a la postemporada, se les acaban las oportunidades y estaban ciertamente desesperados.
Pero, ¿quien iba a predecir que el mismo Allen tiraría solamente quince pases en total, apoyado por 266 yardas por acarreo, con el propio James Cook corriendo para 179 yardas y un marcador final de 31-10 que en realidad fue un verídico 31-3 con una anotación en tiempo chatarra?
Ni el mismo Nostradamus.
Pero el pasado esta impreso y ahora estos Cowboys (10-4) hacen las mismas maletas rumbo al paraíso floridiano ante unos Dolphins (10-4) que presumen un poco de todo habiendo perdido sus propios juegos en Buffalo (8-6), en Philadelphia (10-4), recibiendo a Kansas City (9-5) y los Titanes (5-9), este último ya matemáticamente eliminado de la gran fiesta.
La lista de lesionados tiene sin practicar al profundo Malik Hooker, el guardia derecho Zack Martin, el tackle izquierdo Tyron Smith y al guardia nariz Johnathan Hankins. Cada uno de estos es una pieza importante del rompecabezas, considerando la falta de balones sueltos en Buffalo, la poca tranquilidad de Dak Prescott, la falta de espacios para el juego terrestre y las avenidas creadas al momento de detener el acarreo.
Hooker y Hankins no fueron activados en la derrota, Martin recibió un rodillazo en el cuadríceps en la primera mitad en Buffalo y no regresó, y en el caso de Smith, el reporte dice "cuello" que la verdad no nos dice nada de su real estatus para jugar el domingo.
Por su lado la lista de los pupilos de Mike McDaniels tiene a los profundos Jevon Holland, Deshon Elliot, el esquinero Xavier Howard y el apoyador Andrew Van Ginkel del lado defensivo y están catalogados como cuestionables. Del lado ofensivo están el corredor Raheem Mostert, ala abierta Tyreek Hill, ala cerrada Durham Smythe, el tackle izquierdo Terron Armstead, el centro Liam Eichenberg, el guardia derecho Robert Hunt y el tackle derecho Austin Jackson que de momento son considerados cuestionables para el domingo.
A estas alturas todo mundo parece tener algún malestar, la pregunta es quien de estos "cuestionables" podrán alinear y contribuir ya que todos son considerados titulares.
Los Cowboys llegan como la ofensiva seis en general, doce en el acarreo y seis con el pase. La defensiva azul-plata es la número seis de la liga, 19 ante el acarreo y cuatro ante el pase. Por su lado los mamíferos acuáticos llegan con la ofensiva número uno total, cuatro con el acarreo y número uno al elevar el pase. Son la defensiva número cinco de la liga, cuatro ante el acarreo y la diez ante el pase.
Con los momios favoreciendo a los de casa por 1.0, vamos a las cinco claves del juego de esta confrontación número 16 total entre Cowboys-Dolphins, una siendo el Súper Tazón VI en el Tulane Stadium de la Ciudad de Nueva Orleans.
Clave 1. A pegar los platos. Tres de las cuatro derrotas de los Vaqueros edición 2023 han sido producto de la cantidad desmedida de yardas por acarreo del contrario. Si fue James Conner de Arizona, Christian McCaffrey de San Francisco o el propio Cook, lo cierto es que la defensiva por tierra dio hasta pena ajena. La semana pasada la ausencia de Hankins fue claramente parte del detalle, pero de pronto la vara mágica del coordinador defensivo Dan Quinn con sus operadores "híbridos" se ha hundido como piedra en el agua. La realidad es que de momento no hay ningún apoyador de peso completo en cuanto a su instinto en las trincheras, velocidad en el perímetro y la habilidad de despojar bloqueos en el segundo nivel. El juego de Damone Clark desapareció y le tomaron la medida al verlo perderse en su asignación en pase de anotación de Allen a Cook, Markquese Bell también se perdió en la neblina y el arribo de Rashaan Evans no ha sido la solución. Ante el duo de Raheem Mostert y De'Von Achane, que se combinan para 1,579 yardas y 25 anotaciones, será de especial interés que es lo sacan de la chispera a la defensiva porque de pronto no hay mucho de donde escoger entro estos mismos "híbridos" que hace escasas semanas enterraron a las Águilas 33-13 en su AT&T Stadium.
Clave 2. Juego complementario. Semana tras semana, sea en las buenas o en las malas, siempre se habla del juego complementario entre ofensiva y defensiva. Cierto que en Buffalo no existió y al momento de analizar el porque, tal parece que se puede entrar al escenario del "huevo o la gallina" por la importancia de uno con el otro. En la última salida la falta de balance pudiera descifrarse como del lado ofensivo, considerando en primera instancia el tiempo de posesión totalmente a favor de los Bills al son de un 35:05 a 24:55, las conversiones en terceras oportunidades de 5-13 y la diferencia de yardas totales de 195 a 351. Una observación es la intención de controlar el quehacer de la ofensiva en un ambiente hostil que resultó en ofensivas de tres y fuera, gol de campo, cinco y fuera, seis y fuera, tres y fuera, pase interceptado y aquella anotación por el orgullo. Lo cierto es que la verticalidad aérea desapareció con solo 106 yardas netas por aire, pero al ver las apenas 85 yardas por aire netas de los Bills, una defensiva que permitió 266 yardas por tierra es parte de unos chilaquiles con huevo y pollo con su rica salsa verde.
Clave 3. A romper el maleficio. Por un lado esta el hecho de no poder ganarle a los equipos buenos y explotando a los malos, mientras que del otro esta el no poder ganar fuera de casa. Cierto que las victorias ante Gigantes, Jets, Patriotas, Cargadores, Carneros, Panteras y Comandantes dan pie a esta teoría y el dominio en su propio patio ha sido algo contundente. Los Cowboys no escogen el calendario y no tienen culpa de la mediocridad de sus rivales pequeños, pero en el caso de los Bills, pareciera que su marca de 7-6 reflejaba otro patito feo para su carnet de victorias. Este obviamente no fue el caso. No hay duda que el ambiente hostil con lluvia fue lo que McCarthy y compañía se encontraron en aquella tarde en Orchard Park, pero de nuevo se tiene uno que cuestionar el porque de la falta de resultados positivos de ambos lados del balón. A estas alturas lo único que le va quitar el amargo sabor de boca a estos Cowboys es empacar su camiseta de la buena suerte, llegar al Hard Rock Stadium y ganar a como de lugar, por un punto, por tres o por veinte, y con el balance de diciembre en la mira con el pase a la postemporada en la mano, es tiempo de verse al espejo y demostrar que tienen el orgullo de portar la estrella solitaria.
Clave 4. Los números no mienten. Lo seguro de estos Delfines es que sus números hablan de un equipo por demás balanceado. Para ellos los descalabros ante unos, en ese momento, desdibujados Bills 48-20 en la semana cinco y el rasca-cabezas de la jornada 14 ante unos ahora desfondados Titanes 28-27 en su propio patio son evidencia que a cualquiera le puede suceder lo inesperado. Pero alto. Siendo la ofensiva número uno en puntos, la mejor ofensiva por pase y el contar con cinco defensivos con 4.5 capturas o más es razón para preocuparse. Gente como el apoyador Bradley Chubb con 9.5 capturas, el tackle defensivo Christian Wilkins con sus propias 8.0 y hasta las 7.5 del también tackle defensivo Zach Zieler seguro van a mantener la atención de la ofensiva vaquera. El único resquicio parece ser la situación física de su secundaria donde gente como CeeDee Lamb, Brandin Cooks y el ala cerrada Jake Ferguson estarán obligados a volver a los niveles de peligro, con una actitud de agresividad sabiendo que están en patio ajeno.
Clave 5. Memoria corta. Los equipos de la NFL que juegan en domingo saben que el resultado se digiere, bueno o malo, desde el silbato final hasta la noche del lunes, siendo el martes uno de reposo de estos gladiadores de la nueva era. Ya para el miércoles se abren los libros del siguiente rival, y en este caso es importante saber que sea lo que sea, tienen marca de 10-4, y están en la postemporada. Uno pudiera decir que los últimos tres juegos son inconsecuentes en el gran plano del universo, pero la moneda sigue en el aire para el eventual campeón divisional, con unas Águilas de Philadelphia de pronto en la cuerda floja. Ya para este próximo lunes los Gigantes estarán visitando la ciudad de la hermandad y de poder solventar a su rival divisional bajo el aura del hijo predilecto Tommy DeVitto, pues los Cowboys deberían haber hecho su parte. De ahí la importancia de olvidar lo sucedido al momento de saltar al pasto natural de Miami, las victorias, las derrotas, las dudas, la críticas y hasta los elogios, sabiendo que todo depende de lo que sucede en los próximos 60 minutos que están a la mano.