Para descansos obligados, nada como este para el equipo de Jason Garrett.
Salieron en casa ante sus acérrimos rivales de la ciudad de la hermandad con el pelo encendido, se ganaron a pulso algo del respeto propio y con esta "über" bocanada de aire pudieron tirarse a la hamaca con una tranquilidad momentánea.
Gente como Tyron Smith, La'el Collins, Zack Martin, Amari Cooper, Anthony Brown, Robert Quinn, Leighton Vander Esch y hasta el pateador de despeje Chris Jones tuvieron la oportunidad de tomarse un respiro, entendiendo que les faltan nueve juegos de indiscutible presión.
Resulta que llega en trueque el comodino liniero defensivo Michael Bennett, que pudiera ser, junto con un recuperado Quinn, Maliek Collins, Antwaun Woods y Christian Covington, la solución a los dobles bloqueos que han atribulado de pronto al millonario Demarcus Lawrence. Siendo la defensiva número ocho de la liga tiene que contar para algo y el presionar al mariscal de campo contrario tiende a ser parte integral de este tipo de éxito.
A la ofensiva, pues son la número uno de toda la liga. No es necesariamente lo que reflejan los resultados al llegar arrastrando una marca de 4-3, pero la total confusión que arrojaron los apenas diez puntos en Nueva Orleans, el comienzo tibio ante Green Bay en casa y el "no puede ser" en los pantanos de East Rutherford, New Jersey ante los otrora desdibujados Jets fueron evidencia que entre las yardas 20 no se ganan los juegos.
De pronto llega la fecha nueve y otro viaje al MetLife para enfrentar al otro equipo neoyorkino. De nuevo, se subirán al avión con la convicción de enfrentar, al menos en el papel, a un equipo de Pat Shurmur ciertamente inferior, con un novato en los controles que carga con su propia marca de 2-4 luego de tomarle las riendas al olvidado Eli Manning en el ocaso de su carrera.
Bajo las luminarias candentes del Lunes Por La Noche, y con el resultado de las Águilas recibiendo a los Osos en los libros al igual que los Vikingos en Jefes, equipo que enfrentan en la siguiente jornada en Domingo En La Noche en el AT&T Stadium para la jornada diez, pues se antojan de nuevo unos Vaqueros con aquella greña en llamas.
Para todo esto, les paso mis cinco claves del juego.
Clave 1 – Sale el Dr. Jekyll o Mr. Hyde. La personalidad de los pupilos de la estrella solitaria sigue en veremos. La apertura de la temporada regular ante los Gigantes arrojó un dominio completo, con un Prescott preciso en el proceso de acumular 405 yardas por aire con cuatro pases de anotación. Se dieron el lujo de "descansar" a Ezekiel Elliott que llegaba de Cabo San Lucas para acarrear en solamente 13 ocasiones para 53 yardas. Eso fue ayer. Ahora van a requerir del elixir que repartieron la semana rumbo a la séptima jornada, donde la ofensiva encontró una verdadera contundencia que distó de ser la tranquilidad (o la paz interna) de aquella primera jornada. Es tiempo de salir de nuevo con esa misma contundencia meritoria a un equipo ofensivo indiscutible en los números ante una defensiva que fuera victimado de manera eficiente por Matt Stafford y los Leones en Detroit. Basta de sutilezas, diría la Nación Vaquera, es tiempo de ponerles la bota al cuello y no dejar de pisar desde la misma patada inicial.
Clave 2 – Primero lo primero. Cuando hay dudas en la NFL, se corre el balón para luego tirarlo. Daniel Jones ha mostrado buenas aptitudes, tiene a un Saquon Barkley que puede ser foco de atención al estilo de siete en la caja, pero la tarea de Rod Marinelli y su asistente Chris Richard es la de mantenerlos a los dos fuera de balance. Hay que pegar primero y duro, y como decía el desaparecido Al Davis, "hay que tumbar al mariscal de campo contrario temprano y tumbarlo con fuerza…" Esa tiene que ser la tónica, pensando que un balón suelto o intercepción es el vivo resultado de salir sin cuartel. No hay tiempo para ver como salen, que si trabajan al ala cerrada Evan Ingram o el mismo Barkley en pases pantalla, o que busquen el preparar el pase largo con Sterlin Shepard o Golden Tate, es tiempo de presionar a Jones de manera de recordarle que estos Cowboys saben que son líderes divisionales y quieren de sobremanera mantenerse invictos ante sus rivales de la División Este de la NFC.
Clave 3 – Balance ofensivo. Ahora que se aclararon las necesidad de salir agresivos de ambos lados del balón, el tener de nuevo la línea ofensiva de ensueño da la oportunidad de tener lo mejor de todos los mundos, y es tiempo de demostrarlo. Seria bueno ver que se escape Elliott para varios acarreos de 20+ yardas, combinarlo con el elusivo Tony Pollard en pases a los costados, y que sirvan de válvula las alas cerradas Jason Witten y Blake Jarwin. Este es el primer nivel, y es aparte de las alas abiertas, que propiamente estableciendo que estas armas ofensivas cerca de la línea de golpeo cumplan el cometido, de pronto le darán la oportunidad a que se abran los cielos con Amari Cooper, Michael Gallup y Tavon Austin. La precisión de Prescott es primordial para todo esto, saliendo suelto sabiendo que tiene plena confianza en el esquema de Kellen Moore y que si no es por un lado, pues es por el otro – el equipo tiene el talento del lado ofensivo del balón, es tiempo de comprobarlo por segunda jornada consecutiva evitando el caer de nuevo en el vórtice de la ineficiencia ofensiva.
Clave 4 – Provocar sin causar. No hay duda que el provocar más intercambios de posesión de los que se tengan es virtual preámbulo de una victoria. Los Vaqueros se ayudaron con los balones sueltos y la intercepción ante las Águilas para llegar a nivelarse en el departamentos de "tomas-y-dacas" mientras que los Gigantes cuentan con un -9 en esta estadística tan importante. No es muy factible el volver a forzar dos balones sueltos en las primeras ofensivas del contrario, pero cuando se de uno de estos es vital de nuevo ser agresivos y hacer pagar el plato roto. Los Giants son la defensiva número 28 total, 22 ante el acarreo y 25 ante el pase, señal de que sí se les puede mover el balón en el caso que una defensiva ordenada, disciplinada y, mas que nada contundente, pueda provocar dichos intercambios, porque de lograrlo es tiempo de nuevo de sacar aquella jugada con Austin en optativa o en su defecto aislar a Jarwin completamente solo con una actitud mas que agresiva, claramente singular en su ejecución.
Clave 5 – No deja de ser rivalidad. Hubo un momento cuando la División Este de la NFC era la crema y nata de la NFL. Águilas, Pieles Rojas, Gigantes, Vaqueros y hasta los Cardenales de San Luis en aquellos 70's tenían un "quien sabe que" que proponía la real posibilidad de una moneda al aire. De pronto llegan dos equipos que definitivamente no son de lo indiscutible de la liga, y luego de ver como los 49s de San Francisco se pudieron imponer ante los Cardenales en el desierto por un apurado 28-25 con cuatro pases de anotación de un inspirado Jimmy Garappolo, los muchachos de la bahía son el único invicto de la conferencia. Con todo esto dicho, que hay que salir agresivos, apurados y en la cuerda floja como trapecista sin red, la mera verdad es que nadie sabe que va a pasar con certeza. El clima será benévolo, y de poder sacar al respetable del juego desde un principio en esta versión 116 de la rivalidad entre Gigantes y Vaqueros debería ser representativo de los números que se han arrojado hasta el momento – unos con marca de 4-3 y los otros con marca de 2-6. "Eres los que tu marca dice que eres", era el refrán del que dirigiera en algún momento a estos dos clubes.