Se alinearon los planetas rumbo a la ciudad de la hermandad.
Tanta historia entre Vaqueros y Águilas, comenzando desde el mismo inicio de la franquicia de la estrella solitaria en aquel 1960. La rivalidad, con 121 encuentros donde los tejanos cargan con un marca de 69-52, se inauguró en su primera temporada y hasta la fecha sigue siendo la más candente para ambas escuadras.
Se han enfrentando en cuatro juegos de postemporada, y aun cuando esta es la fecha 16 de otra temporada regular, con idénticas marcas de 7-7 y la corona divisional de por medio, no hay duda que se juegan el pase al torneo en juego con tintes definitorios.
Los Vaqueros reciben a Washington para cerrar el 2019, mientras que los pupilos de Doug Pederson irán a los pantanos de New Jersey a cerrar su carnet de compromisos de temporada regular ante los olvidados y moribundos Gigantes de Nueva York.
Ya ni andar haciendo matemáticas vale la pena – ganas y entras por ser Campeón de la División Este de la Conferencia Nacional. Pierde y estaría Jason Garrett teniendo que ganarle a Washington con la esperanza que los Gigantes les hagan el paro... mucho rodeo.
El caso es que estos Cowboys controlan su destino, que luego de la emboscada que le dieron a Sean McVay y compañía, y considerando la otra muestra de contundencia ante estos mismos pajarracos fue en la semana siete al son de 37-10, han demostrado en estos dos juegos que dentro de lo que cabe, si hay algo que alabarle a este equipo cuando deciden que ya estuvo bueno esto de andar con dimes y diretes.
Llegó otro momento de la verdad y el escenario es este del Lincoln Financial de la Ciudad de Philadelphia ante las odiadas Águilas que con todo y sus mediocres marcas será o uno o el otro el que represente su división recibiendo en casa a un sinnúmero de posibilidades para abrir el torneo.
Para todo esto, les paso mis cinco claves del juego.
Clave 1 – De pronto superman ni tan súper. Desde su arribo a las filas de la NFL Rayne Dakota Prescott ha estado en el centro del huracán. Su selección fue sorpresa para algunos y la manera de que de pronto se convirtió en el mariscal de campo titular de la franquicia mas valiosa del planeta, pues fue cosa telenovelesca. Para el 2019 Prescott ha podido superar algunos de los detalles que lo aquejaron, el juego de pies, las decisiones espontáneas y las intercepciones que de pronto lo tiene comandando la ofensiva número uno de la liga, que para aquellos con lupa, es obvio que mucho compete a estar abajo en el marcador y estar obligado a surcar los aires. De lo que nunca ha habido ninguna duda es de la singularidad de personalidad del jugador, su disciplina, pundonor y orgullo propio, dentro y fuera del emparrillado. Pues en esta semana se reveló que aparte de una posible fractura en el dedo índice de la mano derecha, ahora trae un problema en el hombro derecho poniendo en tela de juicio su efectividad. Cada uno de los cuestionados, entrenador en jefe, compañeros, declararon lo mismo – no hay manera que Dak no alinee el domingo. Pero, de manera fría, ¿qué tan efectivo podrá ser? Y Fletcher Cox y compañía seguramente van a buscar tumbarlo sobre el hombro en cuantas veces puedan, sin tentarse el corazón ni tantito. El caso es que la efectividad de Prescott estará sobre la báscula y de pronto pudiera llegar la llamada al escenario de Cooper Rush.
Clave 2 – Juego cerrado por aire. Para este encuentro se cuenta con la singularidad de una lucha de alas cerradas. Por un lado el dúo de Jason Witten y Blake Jarwin, que se combinan para 87 recepciones con siete anotaciones, y en la otra esquina el enigmático Zack Ertz y Dallas Goedert, con sus 129 recepciones con diez anotaciones. Los Vaqueros cuentan con una tripleta de receptores abiertos con la combinación de Cooper-Cobb-Smith, mientras que para Carson Wentz su arsenal aéreo se ha venido de menos a menos con lesiones a Alshon Jeffery, Nelson Agholor, DeSean Jackson, dejando a una inexperiencia en Greg Ward Jr. y J.J. Arcega-Whiteside. El detalle es este: Zack Ertz es el alma de esta ofensiva. Por el pasa toda la ofensiva, y será de vital importancia que Sean Lee, que también trae una dolencia u otra a estas alturas de la temporada, pueda de alguna manera ponerle alguna resistencia a esta opción de Wentz. Por su lado, Kellen Moore estará obligado a darle un papel protagónico a Jarwin, que desde aquel pase de anotación ante los Gigantes en la semana nueve, se ha mostrado listo en cuanto su número es llamado. No hay duda que Witten seguirá siendo una valiosa arma hasta el día que comiencen a correr los cinco años rumbo al recinto de los inmortales, pero el momento de Jarwin ya llegó.
Clave 3 – Que llenen el tanque del tractor. Durante el transcurso de la temporada regular y el resultado parcial del beso a la hermana de 7-7, el lema ha sido siempre el mismo para esta versión del equipo de la estrella solitaria – somos un equipo que corre el balón. El equipo tiene esa carrocería y chasis, y el motor es potencialmente el de mas alto octanaje de la liga en Ezekiel Elliott. Agréguele una anillada con Tony Pollard y de pronto se cuenta con dos corredores con la posibilidad de rebasar juntos la barrera del centenario en yardas por tierra. El detalle es que ante Búfalo y Chicago, dos derrotas por demás dolorosas, le efigie de Elliott fue opacada por una defensiva contraria obsesionada en asegurar que no fuera efectivo, y lo lograron. Si ante las Águilas en la novena fecha fueron los intercambios de posesión y la garra defensiva que fue el artífice de una celebrada victoria, ante los Carneros fue sin lugar a dudas el correr el balón detrás de una línea ofensiva que cuenta con tres que van al Tazón de los Profesionales en Zack Martin, Tyron Smith y Travis Frederick. Es tiempo de volver a esta fórmula, de ser posible, considerando que la defensiva del coordinador Jim Schwartz es la número tres ante el acarreo y estarán llenando la caja de Nigel Bradham, Nathan Gerry y T.J. Edwards en busca de quitarles la opción. Con todo esto de que Prescott pudieran estar menos del 100% al momento de tirar el balón, es hasta más urgente el establecer el acarreo y que de pronto el engaño tenga una verdadera ancla de por medio para de manera convencional se gane el juego en las trincheras, al puro estilo de cómo esta diseñada esta ofensiva.
Clave 4 – Y ahora, por otro lado. La defensiva de Rod Marinelli y Kris Richard ha tenido sus momentos, y como antes mencionado, el punto alto de la temporada fue aquel 37-10 ante estas mismas Águilas en la séptima jornada. Los intercambios de posesión han escaseado, y el tener un -1 en la balanza de perdidos/recuperados no se ve tan mal como el -6 de su contrario, aun cuando en realidad es el sello de dos equipos con marcas de 7-7 entrando a la jornada 16 de la temporada regular. Para poder salir de este escenario con una victoria será vital que Demarcus Lawrence, Robert Quinn, Michael Bennett y Maliek Collins le hagan la vida de cuadritos a Carson Wentz. Así como Jared Goff se subió al vuelo de regreso a califas cabizbajo y sin ilusiones, así tendrá que ser el ánimo de Wentz cuando se suba a su auto rumbo a casa. La falta del lobo solitario Leighton Vander Esch ya ha quedado digerido, y el veterano Sean Lee respondió con aquella senda intercepción ante Goff y su inmejorable energía sigue siendo una inspiración para sus compañeros. Esto tiene que seguir con el banderín de por medio, considerando la tarea que le compete. Será vital el cerrar los aires considerando que la amenaza del novato Greg Ward Jr. es en realidad la única de medio y largo metraje. Este juego será jugado en las trincheras, con Miles Sanders, el chaparrón Boston Scott y de pronto Jay Ayayi siendo su propia versión del tractor necesario para mover las cadenas.
Clave 5 – Ahora sí, todo dicho. Para los aficionados en Philadelphia es otra semana denominada como, "Cowboys Week", simple y sencillamente. Las estaciones de radio hablada deportivas reciben llamada tras llamada del odio apache que existe para estos vestidos de azul y plata y considerando que los visitantes traen una racha de cuatro victorias consecutivas, pues hasta más les ha de calar. En el largo historial de esta guerra civil hubo una racha similar de once y otra de nueve, pero a estas alturas todo eso es precisamente eso, historia. Se vive un momento verdaderamente histórico en el largo historial donde el que vaya al Linc vestido de vaquero se arriesga a que algún loco busque crear algo y considerando que existe en el sótano del estadio una verdadera cárcel para aquellos inestables, pues vaya usted a imaginarse las cosas que se han dado en el pasado. Los "aficionados" llegaron a abuchear a Santa Claus, le tiraron de bolas de nieve (según esto con baterías) a Jimmy Johnson y aplaudieron la lesión de Michael Irvin en el viejo Estadio de los Veteranos. El ambiente ya no es tan áspero como en aquellos tiempos del desaparecido coso que más que arena deportiva pareciera un coliseo romano con todo y gladiadores, tigres y victimados, pero será de vital importancia que los Vaqueros comiencen desde temprano a la tarea de sacar el público del juego, porque de lograr que cascabelee el motor local, los abucheos para Wentz y compañía estarán al orden del día.