Con su marca de 6-6 y rumbo a los pantanos de New Jersey a enfrentar a un raquítico equipo de los Gigantes de Nueva York, los pupilos de Jason Garrett saben que están obligados a ganar el resto de diciembre para tener una posibilidad de pasar a la postemporada.
Como diría el propio cerillo, ganar en la NFL no es cosa fácil, y menos cuando hay tanto de por medio. La visita a la bahía ante los Raiders de Oakland, el recibir a los Halcones Marinos de Seattle y cerrar en Philadelphia aparte dela visita con los Gigantes, conlleva un mar de complicaciones.
De momento están Minnesota y Philadelphia controlando su destino para un aparente descanso la primera semana de enero, y de ahí se desprenden unos sorprendentes Carneros, los Santos que aun con su derrota ante los Halcones Negros siguen en la lucha, las Panteras y los muchachos de Seattle, todos adelantando a los Vaqueros.
De ahí están Atlanta, los Leones y Green Bay dentro del enigma de quien pasa como el segundo de los comodines, por ende la necesidad de ganar el resto del trayecto para el equipo de la estrella solitaria.
El regreso de Ezekiel Elliott para el juego ante Seattle es eminente, pero no se puede perder de vista que los dos juegos anteriores son vitales, ya que nueve victorias no parece ser la tónica para un pase a la gran fiesta. De hecho, el ganar diez no garantiza nada para el equipo de la estrella solitaria.
Con otra visita con su rival divisional Gigantes en la mira, tal parece que son dos equipos en direcciones mucho muy distintas. Luego de aquellas tres derrotas contundentes ante Atlanta, Philadelphia y los Cargadores angelinos, la victoria ante los Pieles Rojas fue determinante en demostrarle a ellos mismos que cuentan con la capacidad de ganar, aun cuando fuera ante un rival por demás diezmado.
Aparte de sus propias lesiones, los Gigantes pasan por una de las temporadas menos recordables en su largo historial como una de las franquicias fundadoras de la NFL. El reciente fracaso del experimento Ben McAdoo, el mandar a Eli Manning a la banca y la falta de resultados tienen a la familia Mara rascándose la cabeza en busca de respuestas ante unos Vaqueros que todavía siguen con la vela prendida.
Clave 1 – Volver a lo básico. La victoria ante Washington de nuevo fue prueba fehaciente que en esta liga hay que correr el balón para resolver al rival. Alfred Morris pudo con sus 27 acarreos para 127 yardas, y eso volvió a quitarle la presión a Dak Prescott de tener que resolver el crucigrama solo, algo que simple y sencillamente no fue su fuerte en las tres derrotas anteriores. Tienen que seguir dándole el ovoide a Morris que junto con Rod Smith forman una muy adecuada pareja de manera de controlar la línea de golpeo y el reloj para de pronto tener a su defensiva como espectadores en la balanza del encuentro. Es claro que el juego aéreo de largo metraje no es opción a estas alturas, considerando que la tónica es mover paulatinamente el balón para acercar a Dan Bailey o de plano entrar a la zona roja y allanar las diagonales ajenas. Por lo mismo, es importante que Prescott siga buscando embonar con Dez Bryant, ya no de larga distancia, pero si dentro de la zona roja para entrar a las diagonales.
Clave 2 - Aprovechar el momento. Con su marca de 2-10, los residentes del MetLife Stadium ya solo quieren que se acabe la temporada. Es muy doloroso para cualquier franquicia en cualquier liga que en plena temporada se tenga que no solo despedir al entrenador en jefe, pero también al gerente general. La estrategia de sentar a Manning a favor de Geno Smith fue el acabose para el dueño John Mara, y con una marca tan poco decorosa para tal franquicia la decisión de cortar por lo sano fue indiscutible. Los Vaqueros deben aprovechar esta penosa situación de los Gigantes a sabiendas que sale un equipo suelto y sin presiones, y lejos de tratar de humillar al contrario, simplemente salir a mover el balón y ganar.
Clave 3 – Presionar al mariscal de campo. La línea defensiva de los Vaqueros ha tenido sus momentos, y en esta recta final es vital que se den cita de manera importante. No hay seguridad con David Irving, pero en cuanto a Demarcus Lawrence y Tyrone Crawford se tiene los elementos para llegarle a Manning temprano y de manera consistente. La reaparición de Sean Lee también es un importante aliciente en cuanto al juego terrestre, que para los Gigantes pudiera ser un verdadero problema con la lesión de Orleans Darkwa, obligando al pase para los anfitriones. Aquí la importancia de estar encima del mariscal de campo desde un principio, obligando a Manning al aire con un juego aéreo que se ha esfumado por parte del ahora director técnico interino Steve Spagnuolo.
Clave 4 – La secundaria azul y plata. La juventud se ha posesionado de la secundaria vaquera, y ahora son los Jourdan Lewis y Chidobe Awuzie los buenos defendiendo el pase en esta recta final de la temporada regular. La lesión del esquinero Orlando Scandrick obliga a la defensiva vaquera a utilizar a gente como Anthony Brown, que fuera mandado a la banca con la reaparición de Awuzie. Sterling Shepard es la única resolución aérea para los Gigantes en cuanto a la posición de ala abierta, mientras que el ala cerrada Even Engram es un detalle con sus seis recepciones para anotación. Aquí es la tarea de Byron Jones, que de pronto ha sido rotado con Xavier Woods y Kavon Frazier, para de alguna manera neutralizar al novato Engram que pudiera ser un peligro.
Clave 5 –Jugar con presión. Esta recta final obliga a los Vaqueros a jugar cada instante como si fuera el final de la temporada, y con este tipo de presión es importante estar al pendiente en cada jugada. No hay para donde moverse y ante su rival divisional Gigantes habrá que ponerle especial atención a todas las incidencias del juego. Los equipos especiales serán de interés considerando que los Vaqueros de Jason Garrett no van a estar buscando humillar a los Gigantes, pero en realidad es el poder salir con una simple victoria con un marcador que pudiera ser abultado con goles de campo de Bailey. Estos equipos especiales pudieran también rendir frutos con sendas coberturas, ya sea encajonando al rival con las patadas de despeje de Chris Jones o hasta creando intercambios al momento de entregar el balón. En este tipo de juegos es frecuente que se alce un hombre misterio de la multitud al momento de crear una ventaja para el equipo visitante.