Para la semana 3 de la NFL, el equipo de Jason Garrett parece tener la mesa servida rumbo a juego en casa ante un rival por demás disminuido por las lesiones. Estos Osos aparentan ser los afamados Monstruos del Midway, pero en muletas.
En Landover, Maryland fue la defensiva la clave de la victoria, obligando goles de campo de Dustin Hopkins en dos ocasiones clave cuando los capitalinos se frotaban las manos con envidables posiciones de campo a merced de una infructuosa patada corta y balón suelto de Ezekiel Elliott. Lejos de ser perfecta, la defensiva del buen Rod Marinelli pudo permitirles ahí seis en lugar de 14 en la victoria vaquera 27-23 a domicilio.
La consigna ahora es por fin ganar en casa, algo que no sucede desde el juego de apertura del 2015 en victoria de ultimo instante ante los Gigantes 27-26 hace más de un año calendario. De ahí han sido ocho derrotas consecutivas en casa, tomando en cuenta la revancha de los mismos Gigantes en el AT&T Stadium 20-19 en juego de apertura edición 2016.
Los otro siete reveses en casa del 2015 fueron ante Atlanta, Nueva Inglaterra, Seattle, Philadelphia, Carolina, Jets de Nueva York y Pieles Rojas.
Con todo esto en mente, les presento mis cinco claves del juego.
Clave 1 –Aprovechar que la manzana está a la mano. John Fox dijo en conferencia de prensa que no se va a cancelar ningún juego porque tienen a 16 jugadores en la lista de lesionados, entre los que no practicaron y los que apenas se movieron. Su equipo es un verdadero hospital. Lejos de llegar sobrados, los Vaqueros deben llegar decididos a perfilarse ante una defensiva porosa que permitió que el también novato Carson Wentz los humillara en su propio legendario Estadio del Soldado. Con Dak Prescott en los controles, es simple la formula – usa tus herramientas, mueve las cadenas con el reloj en marcha, entra a la zona roja y de seis en seis.
Clave 2 – Hechar a andar a Terrence Williams. La tanda de receptores vaqueros hasta el momento le sigue el paso al chaparrón Cole Beasley y sus 13 recepciones. Dez Bryant es el indiscutible uno entre la cuadrilla con ocho engarces, pero Williams, el susodicho número dos, solo tiene tres y se fue completamente ignorado en Washington donde ni siquiera lo saludaron. Beasley nunca será el dos, porque su carrocería y estilo de juego no lo dictan, y porque hace demasiado bien su trabajo. El dos es necesario en el esquema de Scott Linehan para restarle presión al uno, y aun cuando suena por demás obvio, es tiempo que Williams tome su lugar en el escenario.
Clave 3 – El juego terrestre debe sacar la casta. Luego de que Ezekiel Elliott se fuera a la banca en Washington, comentó entre semana que había sido la única vez en toda su experiencia en el juego que lo mandaban a sentarse en la esquina. Me imagino que se refería a su trayectoria a nivel infantil, preparatoria y durante su experiencia en la Estatal del Ohio. Pues ahora es cuando se podrá servir con la cuchara grande. Estos Osos no cuentan con Goldman como guardia nariz, y sin Trevathan ni Houston y Freeman junto a Young tocados, los apoyadores tampoco servirán de mucho, y esto lo deben aprovechar al grado de que hasta el mismo Alfred Morris en su rol de refresco pueda escabullirse en acarreos que despierten al respetable. Pero de nuevo, sin indigestarse, tomando las cosas jugada por jugada con control y ejecución.
Clave 4 – Nos saludamos con el mariscal de campo en la lona. Brian Hoyer lleva ocho temporadas en la liga, con los Patriotas, Acereros, Cardenales, Cafés, Texans y ahora los Osos. Aun cuando su relevo del lunes en rescate fue respetable, ha sido reserva gran parte de su carrera por razones que van más allá de su deseo de superación. La línea ofensiva de Chicago es el aliciente idóneo para que gente como McClain, los Crawford, Collins y Thornton se estén dando el abrazo fraternal de perdido unas cuatro ocasiones, ya que sin un juego terrestre y la posibilidad que se irán abajo en el marcador desde temprano, Hoyer va a tener que tirar el balón una tras otra vez. Con el astro Alshon Jeffery también tocado, puede ser un día largo para los visitantes.
Clave 5 – A ver si el respetable del AT&T Stadium se acuerda. Fue el 2012 y los Vaqueros, con marca de 2-1, recibían a los Osos bajo las luminarias candentes de un lunes por la noche. Con cinco intercepciones de aquellos monstruos de Lovie Smith, Jay Cutler combinándose con Brandon Marshall y Matt Forte a cargo del juego terrestre, los Vaqueros fueron humillados 34-18 ante más de 90,000 en el estadio de Jerry Jones. Para ponerle sal a tal herida, los miles de fanáticos que emigraron de la ciudad de los vientos y se pasearon en el coso con boletos ajenos, se deleitaron al congregarse en el lado este del estadio para bailar y celebrar al imponerse al local. Ya para entonces los locales que no se desprendieron de sus boletos, ya estaban acomodando las almohadas de la cama. A ver si en esta vuelta no vuelve a suceder tal fenómeno.