Los Dallas Cowboys perdieron en Kansas City una oportunidad más de demostrar que son un equipo contendiente real cuando se trata de enfrentar rivales que también compiten por llegar y trascender en postemporada.
Fue la segunda derrota en los últimos tres partidos, aunque a diferencia del tropezón contra los Denver Broncos, este domingo no fueron derrotados en todas las fases del juego. De hecho, solo en una.
El problema es que esa área es la que se supone debe cargar al equipo, la ofensiva. Esa unidad que llegó a esta semana como la mejor en yardas generadas promedio por juego, en puntos anotados y que por momentos ha parecido imparable.
"Definitivamente es muy frustrante, por la manera que nuestra defensiva jugó hoy", dijo Ezekiel Elliott. "Tenemos que salir y hacer más jugadas, así de fácil. Tenemos que proteger mejor a nuestro quarterback. Tenemos que ser mejores para nuestra defensiva".
El gran punto positivo es que la defensa fue capaz de ajustar a lo largo del juego, después de que en principio lucia como para una fiesta ofensiva de Pat Mahomes y compañía.
Los Chiefs anotaron el único touchdown del partido en su primera serie, continuaron en la siguiente con gol de campo y los otros nueve puntos fueron en realidad cuando el encuentro estaba casi decidido, ante esa ofensiva de los Cowboys simplemente nunca pudo encontrar su ritmo y mover el balón.
La defensa de Dallas recuperó dos balones cuando el juego aún estaba en la línea: un balón suelto al final de la primera mitad, producto de la primera de dos capturas del novato Micah Parsons, quien cada semana parece crecer más.
Y el segundo, a principio del tercer cuarto, fue una intercepción de Jayron Kearse, que se consolida como uno de los líderes de su equipo y tal vez el más consistente, además de Parsons.
Pero su ofensiva sólo sacó provecho con tres puntos de ambas entregas que provocó su defensa.
"La culpa es de todos. Si nosotros no permitimos 19 puntos, hoy no perdemos", dijo Kearse. "Este deporte se trata de anotar y de que no te anoten. Ellos anotaron más que nosotros porque la defensa permitimos que ellos anotaran 19".
La ofensiva de los Cowboys llegó incompleta otra vez. Apenas el viernes por la tarde se enteraron que el receptor Amari Cooper tiene Covid y estará fuera dos partidos. El tackle izquierdo Tyron Smith no alcanzó a recuperarse de su lesión de tobillo y fue descartado horas antes del kickoff, para ser reemplazado por tercera vez por Terence Steele.
Como informó Jerry Jones desde el viernes, Connor McGovern, abrió como guardia derecho, por Connor Williams, quien fue enviado a la banca, como líder en castigos cometidos en toda la liga.
Demasiados movimientos en una línea ofensiva que ni siquiera ha visto un partido con sus cinco titulares proyectados en la apertura del campamento de pretemporada. Y si se suma la que parece conmoción cerebral del receptor CeeDee Lamb al final de la primera mitad para ya no regresar, la falta producción ofensiva de este a tener justificación.
Peor todavía, si se consideran los errores de ejecución en esa misma línea y entre los receptores que estaban disponibles como Cedrick Wilson y Noah Brown, que dejaron ir pases atrapables por completo, y por momentos Dak Prescott con poca precision, sin contar las evidentes molestias físicas de Ezekiel Elliott.
"Sí, hubieron jugadas que dejamos ahí afuera que generalmente hacemos", dijo Wilson. "Pero se que las haremos, la temporada tiene mucho jugarse todavía".
Los Cowboys tienen poco tiempo para lamentarse. Se desconoce si Lamb, quien durante el tiempo que estuvo en el campo del Arrow Head Stadium tuvo doble cobertura y facilitó que otros receptores se desmarcaran, estará disponible para recibir a los Raiders este jueves, en el Día de Acción de Gracias.
Si de manera oficial es colocado en el protocolo de conmociones, es casi un hecho que no podrá jugar.
También tendrán que decidir sobre Tyron Smith, cuyas probabilidades crecen, si se considera que estuvo cerca de jugar este domingo.
"La belleza de esto es que en cuatro días tenemos otro partido", dijo Elliott. "Vamos a regresar a Dallas. Haremos correcciones y estaremos listos para el Día de Acción de Gracias".
Pero es un hecho que si los Cowboys pretenden ganarle a los Raiders, tendrán que ejecutar mejor a la ofensiva, con los que esten disponibles, y esperar que su defensa siga haciendo lo que ha hecho la mayor parte del tiempo esta temporada: Permitir yardas, pero cerrarse en los momentos trascendentes, como tercera oportunidad y situaciones de zona roja, ademas de entregarle balones a su ofensiva.
"Este es un equipo que no se rinde y continuara en la pelea, se los prometo", dijo Prescott, quien terminó con 216 yardas y sin pases de touchdown por segunda vez en la temporada. "No hay preocupaciones o desmotivación sobre lo que nos depara el futuro".