Los Cowboys cortaron lazos con el receptor abierto Lucky Whitehead tras el equipo informarse de un presunto arresto que sucedió en Virginia el mes de junio.
Según los reportes, Whitehead fue acusado de robar en una tienda en su estado natal de Virginia y luego recibió una orden de retención tras no presentarse en su audiencia frente al juez el 6 de julio.
El entrenador en jefe, Jason Garrett, dijo que se enteró del asunto justo después del "walkthrough" de la mañana del lunes. Luego de obtener más información, el equipo decidió cortar a Whitehead del equipo antes de iniciar su primera práctica oficial del campamento de entrenamiento.
"Simplemente no sentimos que esté en el mejor interés de los Cowboys. Evaluamos la situación en particular y cómo fue manejado por el jugador", dijo Garrett.
Garrett y el vicepresidente ejecutivo de los Cowboys, Stephen Jones, dijeron que no estaban enterados de la situación y una de las cosas que más les incomodó fue la manera en la que Whitehead manejó lo sucedido – básicamente ocultando los hechos sin informarle al equipo.
Los Cowboys no se verán muy afectados por la ausencia de Whitehead, especialmente con la adición de su receptor novato Ryan Switzer, quien era su principal competencia.
"Oh siempre hay competencia, el que Lucky no esté aquí no significa nada para mí", dijo Switzer. "Los mejores (jugadores) encuentran la manera de seguir mejorando, los mejores aman competir, siempre encuentran la competencia, ya sea jugando en contra de nuestros chicos, ya sea en la pretemporada, en la semana uno contra los Giants. Siempre hay competencia, así que tengo que asegurarme de estar listo y producir cuando llegue mi tiempo".
El receptor estrella del equipo, Dez Bryant, también opinó sobre el asunto.
"Vamos a extrañarlo mucho porque él era nosotros, él era nuestro chico, pero al mismo tiempo tenemos que respetar lo que el entrenador Garrett está tratando de construir, lo respetamos y no se puede ir en contra de sus demandas", dijo Bryant.