ARLINGTON, Texas - Los Dallas Cowboys quedaron lejos este Día de Acción de Gracias de ser ese equipo contendiente, que se jacta de tener una ofensiva explosiva, con capacidad de mover el balón por pase y por carrera a placer.
Ese equipo que estuvo cerca de ganarle a los Tampa Bay Buccaneers en el primer partido de la temporada y que después consiguió seis victorias consecutivas, varias de ellas a pesar de que su defensiva permitía yardas y puntos.
Este jueves en su AT&T Stadium, los Cowboys se parecieron más al equipo que perdió contra los Denver Broncos y ante los Kansas City Chiefs: El que con trabajo mueve las cadenas, que comete cualquier cantidad de castigos en los momentos más inoportunos y el que permite al rival avances de largo yardaje también cuando el partido está en la línea.
"Hay muchas cosas que revisar mañana", dijo el entrenador Mike McCarthy. "Hay muchas cosas por limpiar en todas las fases del juego. Pero estoy orgulloso de los muchachos que pelean con todo hasta el final".
Todo comienza y termina con Dak Prescott, quien otra vez estuvo errático e impreciso en sus pases, que sumado a la falta de sus dos principales receptores, ambos calibre súper estrella como Amari Cooper y CeeDee Lamb, resulta en una ofensiva inoperante.
Y la falta de ataque por aire complica aún más la ya devaluada ofensiva por carrera, porque la defensa del oponente no necesita poner dobles coberturas para cuidar a Michael Gallup, Cedrick Wilson o Malik Turner.
Sí, Prescott completó 32 de 47 intentos para 375 yardas con dos touchdowns, pero falló muchos pases que pudieron hacer diferencia en los cuatro periodos del juego. No tuvo intercepciones porque la defensa de los Raiders estuvo poco atenta a balones que les pasaron rozando y que se convirtieron en varias espectaculares recepciones de Gallup, Wilson y Noah.
Los castigos fueron una pesadilla; algunos discutibles marcados por unos árbitros que serán comentario de la NFL durante buen tiempo. Pero al final del día 14 penalidades para regalar 166 yardas son increíbles., peor aún si se piensa que fueron 28 castigos marcados entre ambos equipos".
"Los números son absurdos y hasta tengo que darle crédito a los muchachos que siguieron enfocados y compitiendo", dijo McCarthy. "También hay que reconocer que debemos enfocarnos en fundamentos y finalizar las jugadas".
Es probable que la gran mayoría de los 93,483 aficionados que pagaron boleto para entrar al estadio jamás habían visto que un jugador fuera penalizado con cuatro interferencias de pase defensivas, como sucedió con el esquinero Anthony Brown, quien quizá no fue sacado del campo porque los Cowboys sufrieron la expulsión de Kelvin Joseph.
Tampoco es muy probable que a un linebacker le marquen rudeza contra el pasador cuando el quarterback Dereck Carr golpea con su casco la rodilla de MIcah Parsons.
"Estamos aquí se supone que para jugar futbol (americano)", dijo Parsons. "No para jugar tocado".
De cualquier manera, los Cowboys se las ingeniaron para regresar en el juego y anotar 33 puntos, que fue el promedio con el que perdieron los Raiders sus tres anteriores partidos de manera consecutiva.
Pero tal vez cansada por cargar con buena parte de dos juegos en cinco días, incluido el de Kansas City el domingo, la defensa se dobló. Permitieron 509 yardas totales, 366 por pase y 143 por carrera, además de una buena cantidad de primeros y 10 por esas penalidades…
"Las jugadas grandes ya sabíamos que son buena parte de su ofensiva", dijo McCarthy.
"Fue particularmente efectiva en situaciones muy específicas hoy. Es obvio que cuando Las Vegas necesitaba algo iban profundo. Para eso nos preparamos y no supimos hoy manejarlo bien".
"Obviamente, el tiempo de posesión es importante y perdimos ese aspecto", agregó. "Igual que como perdimos el partido".
Como había advertido Zeke Elliott, parte principal de un ataque por carrera que generó sólo 64 yardas, no hay demasiados pretextos, con una línea ofensiva completa. Tyron Smith regresó de su lesión de tobillo.
"Tenemos que enfocarnos enfocarnos en finalizar las jugadas", comentó McCarthy
Los Cowboys (7-4) tendrán una semana completa para reagruparse, antes de comenzar una gira de tres partidos consecutivos, a partir del próximo jueves en New Orleans (6-6).
"Vamos a estar bien", dijo Prescott. "Se que hay muchos brincando del barco, pero sabemos de lo que somos capaces".