Lo que hay que resolver
En términos de personal, no hay mucho que debatir. Ezekiel Elliott será el titular con Tony Pollard posiblemente viendo más tiempo de juego y complementando eso con un fullback o un tercer corredor. Esas dos últimas posiciones podrían ser las que están en juego cuando inicie el campamento de entrenamiento en Frisco. Pero la mayor necesidad en esa posición se presenta en el campo en cuanto al llamado de jugadas y cómo pueden involucrar mejor a un par de jugadores, incluyendo uno que ni siquiera es un corredor: el mariscal de campo Dak Prescott.
Primero comencemos con Pollard. Para un jugador con tanta evasión y capacidad para hacer que los defensores pierdan en campo abierto, tiene que haber una manera de darle más de 20 jugadas en el juego aéreo. La temporada pasada, Pollard atrapó 15 de esos pases para 107 yardas y un touchdown mientras que promedió 9.3 yardas después de la recepción. Fueron números decentes considerando la falta de acción que tuvo en el juego aéreo, cosa que podría resolverse con simplemente lanzar más hacia su dirección. No olvidemos que en el draft, Pollard fue etiquetado como un corredor/receptor abierto que salió de Memphis. Es hora de usarlo de esa manera.
Ahora, en cuanto a Prescott, no es casualidad que su éxito al correr el balón se pueda traducir directamente en la apertura del juego terrestre. En 2019, registró la menor cantidad en su carrera en cuanto a intentos (52), yardas (277) y touchdowns (3) por tierra después de tener un año exitoso en el juego terrestre en 2018. Cuando una defensa se alinee contra la ofensiva de Dallas en 2020, ellos ya tendrán que estar pendientes de los talentosos receptores abiertos, el ala cerrada que recibe por el medio y quienquiera que esté detrás. Si Prescott puede demostrar que él también es una amenaza para correr el balón, eso convierte las decisiones en desesperación y crea innumerables posibilidades para que las jugadas ofensivas corten una defensa con la opción de lectura.
Hay un montón de presión sobre este personal ofensivo para explotar la abundancia de talento en el campo y crear oportunidades de ataque. Si tienen éxito, las posibilidades son infinitas para la campaña 2020. Si es un año decepcionante para la ofensiva, será otro altibajo frustrante durante 17 semanas.