(Nota: El artículo original fue escrito por Nick Eatman, escritor para DallasCowboys.com, y traducido al español para SomosCowboys.com)
FRISCO, Texas - Los Cowboys continúan haciendo algunos cambios en su cuerpo técnico esta semana.
Se espera que el equipo eleve a Harold Nash Jr. al rol de entrenador de fuerza y acondicionamiento del equipo.
Nash ayudó a supervisar la posición durante el resto de la temporada después de que Markus Paul falleciera repentinamente antes del juego del Día de Acción de Gracias.
Nash tiene 16 años de experiencia en la NFL, incluidos siete como entrenador en jefe de fuerza y acondicionamiento. Ocupó ese puesto en New England durante cinco años desde 2011-15 y luego fue a Detroit bajo el mismo puesto desde 2016-18.
Esta temporada baja, Nash y su personal trabajarán con los entrenadores atléticos de los Cowboys para rehabilitar algunas lesiones clave del año pasado. Jugadores como Dak Prescott, Tyron Smith, La'el Collins, Blake Jarwin y Trysten Hill se sometieron a cirugías el año pasado. Y ya este mes, Amari Cooper y Jaylon Smith también se han sometido a cirugías de limpieza.
En otros cambios de personal, también se espera que los Cowboys contraten a Aden Durde como el nuevo entrenador de línea defensiva. Estuvo en Atlanta durante tres temporadas con Dan Quinn, quien ha sido nombrado coordinador defensivo de los Cowboys.
Durde fue el entrenador de apoyadores externos de Atlanta la temporada pasada y ahora reemplazará al entrenador veterano Jim Tomsula, quien fue despedido después de la temporada junto con el coordinador defensivo Mike Nolan.
Y la semana pasada, los Cowboys llegaron a un acuerdo con Joe Whitt Jr., quien también se unirá al personal. Whitt no solo ha trabajado con Quinn, sino también con Mike McCarthy durante nueve años en Green Bay. Su función no ha sido definida, pero se espera que supervise la secundaria de alguna manera.
Los Cowboys obviamente tienen que hacer cambios importantes en la defensa después de permitir 473 puntos, la mayor cantidad de la franquicia en 2020. El equipo se ubicó en el puesto 29 en defensa total, pero en el 31 en defensa contra el juego terrestre, con más de 158 yardas terrestres por juego.