(Nota: El artículo original fue escrito por Nick Eatman, escritor para DallasCowboys.com, y traducido al español para SomosCowboys.com)
FRISCO, Texas – Hay ciertos juegos en la historia de los Cowboys a los que se puede hacer referencia con solo el nombre de un jugador.
Como el "Juego de Clint Longley" en 1974 cuando el mariscal de campo suplente lanzó un pase largo de TD para vencer a Washington. O el "Juego de Jason Garrett" cuando superó a Brett Favre en el Día de Acción de Gracias de 1994. Y está el "Juego de Emmitt Smith" cuando básicamente llevó a que el equipo venciera a los Giants con un hombro en la victoria final de la temporada de 1993.
En este punto, la victoria del año pasado ante los Vikings podría llamarse el "Juego de Cooper Rush", ya que fue su primero y único comienzo en ese momento. Rush reemplazó a un Dak Prescott lesionado y descubrió cómo vencer a los Vikings fuera de casa en un ambiente hostil, utilizando una serie de último minuto.
En realidad, podríamos haberlo llamado muy fácilmente el "Juego de Micah Parsons". Por supuesto, es difícil señalar solo un juego para el Novato Defensivo del Año por unanimidad. Parsons ciertamente tuvo más juegos buenos que malos como novato. Y Se espera que tenga muchos más en el futuro.
Pero en esa victoria en particular sobre los Vikings el 31 de octubre, se puede decir que Parsons tuvo el mejor juego de su carrera. Estaba por todas partes, acosando al mariscal de campo de los Vikings, Kirk Cousins, y al resto de la ofensiva. Parsons registró cuatro tacleadas para pérdida y fue acreditado por el equipo de estadísticas de la NFL con 11 tacleadas. Eso convirtió a Parsons en el primer novato en la historia de la liga en registrar más de 10 tacleadas con cuatro para pérdida.
Suena mucho como el "Juego de Micah Parsons". Pero el punto es que Parsons y la defensa de los Cowboys cobraron vida esa noche en Minnesota.
Cuando Rush y la ofensiva tuvieron problemas al principio del juego, anotando solo tres puntos en la primera mitad, fue la defensa de los Cowboys, liderada por Parsons, la que mantuvo a los Cowboys en el partido.
Al final, Rush no solo hizo que la ofensiva moviera el balón, acumulando más de 400 yardas, sino que los llevó a la zona de anotación para anotar la victoria.
Pero comenzó con la defensa, que parece ser la mejor receta para el éxito el domingo.
"Dak ha estado fuera antes, contra Minnesota el año pasado, y aún mantuvimos nuestro peso", dijo Parsons. "Solo tenemos que hacer lo que tenemos que hacer y mantenerlos a la menor cantidad de puntos posible. Asegurarte de darle (a nuestra ofensiva) el balón la cantidad de veces que sea posible".
Parsons agregó que "nada puede bajar" de la actuación de la semana pasada contra los Bucs, en la que la defensa permitió solo un touchdown, 19 puntos y registró dos capturas, ambas de Parsons.
Y aunque los Cowboys no se enfrentan al posiblemente mejor mariscal de campo de todos los tiempos de la NFL en Tom Brady, se enfrentarán quizás al próximo gran comienzo, Joe Burrow. Los Bengals avanzaron al Super Bowl en solo su segunda temporada, y Burrow tiene un talentoso grupo de armas ofensivas, incluido el receptor Ja'Marr Chase y el corredor Joe Mixon.
Pero los Cowboys también vieron eso el año pasado en Minnesota con Cousins lanzándole el balón a Justin Jefferson y entregándoselo a Dalvin Cook.
La defensa de los Cowboys estuvo a la altura del desafío ese día, gracias a Parsons. Tiene que hacer lo mismo una vez más el domingo, sobre todo para evitar empezar la temporada 0-2.
Los Cowboys comenzaron una temporada con una marca de 0-2 siete veces en la historia de la franquicia, pero solo llegaron a los playoffs una vez: ganando el Super Bowl en 1993.
Pero en ese caso, los Cowboys recuperaron a un jugador de una disputa contractual en Emmitt Smith. Esta vez, han perdido a su jugador clave y tratarán de encontrar una manera de ganar durante su ausencia.
Y tendrán que hacer eso con la defensa, particularmente con su mejor jugador en ese lado del balón.
