Los Cowboys ganaron en New York a los Giants de una manera muy similar a como han hecho en tiempos recientes, con mucha defensa y poca ofensiva.
Cada vez están más cerca de amarrar el título divisional; algo que podría llegar tan pronto como el martes, si Washington empata o pierde en Filadelfia contra los Eagles.
Pero eso tampoco sería una noticia, ni mucho menos la meta de este equipo de los Cowboys, que desde un principio reconoció que estaba construido para tratar de trascender en la postemporada, al menos superar la ronda divisional, que ha sido su límite durante más de un cuarto de siglo.
"No veo a nadie pensando que estamos donde necesitamos estar", dijo el dueño y gerente general de los Cowboys, Jerry Jones. "No veo a nadie tomando nada por garantizado. Veo mucha competencia. Todas esas cosas ayudarán a mejorar este equipo".
Jugadores y entrenadores están conscientes de que hay detalles por pulir. Muy pocos, si es que alguien, hubieran pensado que los Cowboys estarían con más preocupaciones ofensivas, que defensivas a falta de tres partidos por disputar en la temporada regular, como sucedió otra vez este domingo.
La defensiva recuperó cuatro balones, incluidas tres intercepciones y un fumble, para la primera vez desde 1994 que los Cowboys recuperan tal cantidad de balones en tres partidos consecutivos.
Está defensa, casi con titulares completos, cada vez está jugando mejor, es más dominante, físicamente y crece en confianza. No sólo porque frenó en 302 yardas totales a los Giants, o porque tres de sus esquineros tienen al menos tres intercepciones, entre ellos Trevon Diggs, quien ya suma 10; la segunda mejor marca en la historia de la franquicia.
Sino porque todos parecen conectados, bien dirigidos y, sobre todo, con energía y ganas de triunfar, algo que no se veía hace tiempo en Dallas.
"Aún hay detalles por ajustar", dijo el esquinero Jourdan Lewis, quien este domingo interceptó su tercer pase de la temporada. "Yo personalmente tengo cosas que limpiar. Todos tenemos un gran entendimiento de la defensiva y a qué queremos jugar. Pero tenemos confianza en que todos saldremos a ejecutar".
"Todos queremos la bola", agregó. "Todos están hambrientos por la bola, en especial los siete frontales (linieros y linebackers). Los linebackers están llegando. Hacen nuestro trabajo más fácil. Tenemos 'halcones de bola' en la parte trasera. Es una cosa complementaria. Estoy contento de estar en este equipo".
Ahora la preocupación para tratar de trascender es la ofensiva. Sufre para convertir terceras oportunidades (8/14) y falla en zona roja.
El quarterback Dak Prescott está lejos del nivel que mostró durante los primeros seis partidos de la temporada. Este domingo contra los Giants, apenas 217 yardas por pase y un touchdown. Y es "apenas" porque la defensa de New York tampoco es de media tabla en la liga.
También sus receptores reconocen culpa, como CeeDee Lamb, que durante algunas semanas ha soltado pases atrapables en situaciones clave.
"Jugué horrible, para ser honestos", reconoció Lamb. "Siento que pude jugar mejor. Tiré tres pases o algo así. Creo que pude jugar mucho mejor".
De cualquier manera, fue el receptor más productivo de los Cowboys con seis pases completos para 50 yardas; sólo atrás del ala cerrada Dalton Schultz, a quien hace tiempo Prescott tenía olvidado. Completó ocho pases para 67 yardas con un touchdown.
"Es un proceso semana a semana", mencionó Schultz. "La NFL es el mayor negocio semana a semana. Eres tan bueno como lo que pongas en la película la semana más reciente. Hemos hecho un gran trabajo tomando las cosas día a día y tratando de mejorar semana a semana".
A pesar de cualquier cosa, los Cowboys ya tienen 10 victorias y con tres partidos aún por disputar, deben estar motivados porque el juego terrestre mejoró, con respecto a semanas anteriores.
Quizá fue el regreso a viejas costumbres, como la vuelta de Connor Williams a guardia izquierdo titular y Connor McGovern en su versatilidad de trabajos como fullback, ala cerrada y liniero extra en situaciones de carrera, o que tras una semana sin jugar, Tony Pollard de nuevo impuso su cambio de ritmo a la defensiva oponente.
Pollard logró 74 yardas en 12 acarreos y Ezekiel Elliott, que anotó su octavo touchdown, otras 52 en 16 corridas para 6.16 yardas por intento y 3.25, de manera respectiva.
"Emocionado de regresar", dijo Williams. "Primer juego de vuelta y obviamente hubieron algunos nervios y óxido que tienes que quitarte de encima. Primer juego, habrán cosas buenas y malas, y algo que probar seguro".
La próxima semana reciben a Washington, después viajan a Filadelfia y cierran en casa contra los Cardinals, con la esperanza de mejor su siembra para recibir postemporada en casa. Y aún con posibilidades de la mejor marca de toda la Conferencia Nacional.
"Esta es la mejor defensa en la que he jugado", dijo DeMarcus Lawrence. "No hay por qué hablar de playoffs. Sólo hay que seguir ganando como sea".