FRISCO, Texas – Por vez primera en buen tiempo, los Cowboy empiezan un receso de temporada sin la que ya parecía una eterna conversación sobre el contrato a largo plazo del quarterback Dak Prescott.
Ahora tendrán que comenzar a platicar/planear la situación de una veintena de agentes libres, el tope salarial y la manera de dar el siguiente paso hacia la meta.
Una de las conversaciones a considerar deberá la manera en que maximizan el talento y tarbajo de sus corredores, después de que la ofensiva por carrera de los Cowboys terminó por debajo de las expectativas en el 2021.
Mucho tuvo que ver con la menor producción de yardas en la carrera de Zeke Elliott, quien abrió los 18 partidos como titular, pero en 14 de ellos ya sufría de la rodilla. Antes de la lesión promedió 16 acarreos para casi 86 yardas promedio por partido. Después fueron 13 acarreos para menos de 50 yardas.
Pero más allá del dolor en la rodilla, que por supuesto incomoda, reduce explosividad y velocidad; la manera de apoyarse para cortase en espacio limitado y campo abierto, Elliott tuvo que dedicar buena parte de su tiempo a bloquear, ya fuera en jugadas diseñadas de esa manera o ante la necesidad, al llegar a la línea de scrimmage.
Tampoco fue casualidad que las estadísticas de Elliott fueron en relación directa al desempeño y salud de su línea ofensiva, que en los primeros cinco partidos extrañó al tackle derecho titular, La'el Collins, y en otros seis al izquierdo, Tyron Smith; sumado a otros múltiples factores como baja de juego y castigos en algunas otras posiciones.
Elliott fue parte de una ofensiva que en general tuvo problemas de consistencia en la segunda mitad de la temporada al arranque de los partidos y en los momentos trascendentes contra las medianas y buenas defensivas.
De cualquier manera, alcanzó para que los Cowboys fueran líderes en yardas producidas en la NFL, incluyendo décimos por carrera.
Mucho tuvo que ver la buena temporada de Tony Pollard, el segundo corredor de los Cowboys, que ha mostrado que puede entrar a meter velocidad y cambio de ritmo en espacios reducidos, sin contar con que en campo abierto es casi inalcanzable, además de su habilidad para recibir pases.
En su tercera temporada Pollard tuvo sus mejores números como profesional en yardas por carrera (719) y pase (337), que resultó en que superara las mil yardas totales por vez primera en su carrera. También logró su primer regreso de patada de kickoff para touchdown en el 2021.
Pero la posición de corredor en la NFL requiere la habilidad para bloquear, reconocer las maniobras defensivas, ajustar para cambiar las asignaciones y decidir en diversas situaciones si quedarse a ayudar a la línea ofensiva o salir por pase.
Elliott es el mejor para realizar ese trabajo extra en el backfield de los Cowboys y uno de los mejores que hay en la NFL. Además de que sus 1,002 yardas no fueron poca cosa. Dallas tuvo marca de 8-1 cuando corrió al menos 50 yardas.
El salario de Zeke Elliott está prácticamente garantizado para el 2022, así como su permanencia en el equipo. Así que ese tampoco debería ser tema a escala nacional durante los meses por venir.
La conversación debería ser la mejor manera de complementar a sus dos estelares corredores y cómo repartir el balón más equitativamente para evitar la sobre carga de Elliott, quien entrará a su séptima temporada en la NFL y tuvo 107 acarreos más que Pollard en el 2021.
Salvo que reciba una extensión, Pollard va al 2022 en su último año del contrato que recibió cuando llegó a Dallas en la cuarta ronda del draft del 2019 y que podría convertirlo en agente libre sin restricciones a partir del 2023.
