ARLINGTON, Texas - Los Dallas Cowboys reconocieron que jamás imaginaron que el partido terminaría de la manera en que sucedió, mucho menos que se desarrollaría como fue. Pero al final pareció el resumen de toda una temporada.
Los Cowboys comenzaron lento el juego a la ofensiva y defensiva, y los San Francisco 49ers aprovecharon para salir del primer cuarto con una ventaja 10-0, que pudo ser peor. Y ya jamás voltearon para atrás.
La temporada, que comenzó llena de expectativas para los Cowboys terminó de manera abrupta en la ronda de comodines, 23-17 ante los 49ers, cuyos errores propios cerraron el marcador y puso el partido competitivo en los últimos cuatro o cinco minutos.
"A la ofensiva, en realidad no entramos en ritmo", dijo el entrenador Mike McCarthy. "Pienso que los castigos nos redujeron, en cuanto a la posición de campo en la devolución de la patada inicial y un par de jugadas importantes. Pienso que nuestros muchachos, para el medio tiempo, apenas se asentaron en el juego".
En realidad, Dallas empezó lento, sin ritmo y con imprecisión de su quarterback Dak Prescott, quien estuvo poco protegido de su línea ofensiva, que igual que toda la temporada cometió castigos en los momentos menos propicios.
"No jugué lo suficiente", mencionó Prescott. "Tengo que hacerme responsable por esta derrota. Tengo que mejorar. Definitivamente, nuestro rendimiento estuvo por abajo. Y eso apesta".
La defensa permitió una serie ofensiva inicial de San Francisco de siete jugadas en las que recorrieron 75 yardas en 4:06 minutos que terminó con carrera de touchdown de Elijah Mitchell para marcar el rumbo que al final sería definitivo en el encuentro.
Dallas sabía que necesitaba detener la carrera en los primeros downs para obligar a situaciones de tercera oportunidad largas que recargaran el partido en el quarterback Jimmy Garoppolo. Pero nunca sucedió así y cuando fueron momentos de largo yardaje aceptaron primeros y 10.
La defensa de los Cowboys permitió 6 de 13 situaciones exitosas de tercera oportunidad a los 49ers; 341 yardas totales, 172 por pase y 161 por carrera.
La única entrega de balón que provocaron llegó en el último cuarto de Anthony Brown y levantó al equipo después de que su ofensiva la tradujo en touchdown. Pero después de ahí ya nada pasó.
Fue poca la presión que metieron a Garoppolo, como para pensar en provocar demasiados errores del quarteback de los 49ers. Mitchel corrió 96 yardas y Deebo Samuel, 72, además de otras 38 por recepción.
"Las defensas ganan campeonato y nosotros no estuvimos a la altura hoy", dijo el linebacker Micah Parsons. "Tenemos que crecer como defensa. Si nuestra ofensiva sólo anota 17 nosotros debemos contener en 14 o cero… Así que tenemos que mejorar. No debe importarnos qué hace la ofensiva. Pero vamos a crecer a partir de esto".
En el resumen de temporada que exhibieron ante los 49ers, la ofensiva de Cowboys apenas generó 307 yardas, incluidas sólo 77 por carrera.
La línea ofensiva apagó varios avances con repetidos castigos, que totalizaron 14 al término del partido.
De nueva cuenta, el arbitraje tuvo algunas marcaciones muy cuestionables, en especial para colocar el balón en ambas mitades del partido. Pero sobre todo en la última jugada, cuando jamás permitieron que Prescott pudiera sacar una última jugada para tratar de ir a la zona de anotación desde la yarda 24 de San Francisco.
El árbitro Ramón George jamás colocó el balón en el césped.
"Nunca había visto que un partido terminara de la manera en que terminó", dijo McCarthy. "Estábamos tratando de llegar dentro de la yarda 30 para sacar nuestra última jugada. Fue muy raro".
Y así terminó una temporada que comenzó llena de esperanza para romper la sequía de campeonatos, a pesar de que el dueño y gerente general, Jerry Jones, consideró que era uno de los equipos con más talento que había tenido desde que compró a los Dallas Cowboys.
"Cuando tienes esta combinación de jugadores juntos, necesitas tener éxito", dijo Jones.