No fue tranquilo, ni mucho menos perfecto. Pero los Cowboys salieron sin daños del Gillete Stadium rumbo a su semana sin partido, con cinco victorias consecutivas y un liderato de al menos tres victorias en su división.
Los Cowboys vencieron 35-29 a los Patriots este domingo en Nueva Inglaterra; la primera vez que los derrotan desde 1996 y la primera vez que los Cowboys ganan cinco juegos seguidos desde que Dak Prescott y Ezekiel Elliott eran novato en el 2016.
Los Cowboys tuvieron que emplearse en tiempo extra, debido a sus propios errores, porque por cuarto partido el marcado ni siquiera refleja el amplio dominio que tuvieron sobre los Patriots durante casi todo el tiempo.
Prescott lanzó un pase de touchdown de 35 yardas a CeeDee Lamb para dejar tendidos a los Patriots.
"Honestamente, fue el mejor sentimiento que he tenido", dijo Lamb.
De manera casi increíble, los Cowboys perdían 14-10 al medio tiempo después de generar 235 yardas totales contra 128 de los Patriots con 41 jugadas ofensivas contra sólo 18; además de 15 primeros y 10 contra apenas ocho de los locales.
Al final, fueron 567 yardas, incluidas 465 de por pase, contra 215 totales de Nueva Inglaterra, que sólo convirtió 17 primeros y 10 ante los 35 de Dallas.
Pero cada vez parece más cierto que la única manera de detener la ofensiva de este equipo de los Cowboys es por ellos mismos, como ha reiterado el propio Lamb desde hace varias semanas.
12 castigos para una pérdida de 115 yardas, una intercepción y un balón suelto pusieron en competencia a los Patriots, que también aprovecharon descuidos defensivos para ponerse cerca.
Eso incluyó un pase de 76 yardas del quarteback novato Mac Jones a Kendrick para touchdown, apenas una jugada después de que el esquinero Trevon Diggs interceptó su séptimo pase de la temporada, el segundo que regresa para touchdown, y que en ese momento ponía a Cowboys en ventaja, que parecía definitiva con 2:27 por jugarse.
De manera clara quemaron a Diggs y al safety Damontae Kazee, para que los Cowboys tuvieran que regresar con una impresionante serie de nueve jugadas y 40 yardas, que coronaron con el gol de campo de 49 yardas para empatar de Greg Zuerlein, quien por cierto ya había fallado antes otro intento.
"Fuimos capaces de mostrar que no nos rendimos en todos esos momentos difíciles", dijo Prescott. "Fuimos capaces de tener una oportunidad de ganar al final y lo hicimos. Eso habla de nosotros".
Prescott está jugando a un nivel tan elevado, que ha respondido a las sugerencias de muchos analistas que lo consideran a estas alturas de la temporada candidato firme a Jugador Más Valioso de la NFL.
Terminó con 445 yardas por pase; la mayor cantidad que aceptan los Patriots desde que los dirige Bill Belichick; Lamb con 149 yardas de nueve recepciones, y Elliot con 119 yardas totales; 69 por carrera y 50 por pase.
La única preocupación de los Cowboys con respecto a su ofensiva, además de los castigos recurrentes en particular del guardia izquierdo Connor Williams, es que Prescott salió del estadio con bota protectora porque sufrió un tirón en la pantorrilla derecha, que será sometido a resonancia magnética el lunes.
"Tenía un poco de dolor", explicó Prescott. "No me gustó lo que sentí. Podría haber jugado, si hubiera tenido que hacerlo".
"La vida sigue tirándome golpes y voy seguir regresándolos", agregó. "Pero estaré bien. Se los prometo".
Del otro lado del balón, distó de ser el mejor juego del novato Micah Parsons, pero Randy Gregory levantó a la defensa. Tuvo su segundo partido consecutivo de dos capturas y cualquiera cantidad de presión al quarterback.
Y la que quizá sea la mejor nota hasta el momento en al temporada para la defensa es que meten presión en conjunto, tacklean y sobre todo, juegan con energía. Se doblan pero no se rompen tan fácilmente como solían hacerlo.
Hasta los equipos especiales por fin produjeron algo significativo. Luke Gifford bloqueó la primera patada de despeje para Dallas desde el 2015
Ahora los Cowboys tienen dos semanas para su siguiente partido, en Minnesota, así que tendrán tiempo para prepararse y en especial para recuperar golpeados, lastimados y cualquier daño que provocan seis partidos muy desgastantes que han tenido.
"Este fue un excelente triunfo para nosotros", dijo el entrenador Mike McCarthy. "Son de esos partidos en los que en realidad puedes contruir. Fue un triunfo con futbol complementario; con ofensiva, defensiva y equipos especiales".