Los papeles se cambiaron en esperado encuentro entre dos franquicias que se ven las caras muy de vez en cuando, con unos inspirados Broncos de Vance Johnson terminando con la ofensiva de los Vaqueros de Jason Garrett al son de 42-17 ante lleno escandaloso en Denver, Colorado.
La verdad es que el dúo dinámico de Dak Prescott y Ezekiel Elliott fue una sombra de si mismo, con el corredor apenas tocando el balón en nueve ocasiones, cosechando apenas 8 yardas totales. El mariscal de campo vaquero tiró en 50 ocasiones, siendo esta una fiel señal que los de casa le dieron una buena estudiada no permitiendo en ningún momento que los visitantes tomaran la ventaja.
El balance ofensivo que venían presumiendo hasta esta emboscada en las alturas de Denver no se dio en ningún momento, pero vaya si la presumieron por su lado los Broncos con cuatro pases de anotación de Trevor Siemian, dos con el receptor abierto Emmanuel Sanders. La dupla de corredores C.J. Anderson y Jamal Charles se combinaron para 164 yardas, y una anotación de 23 yardas en escapada de Anderson donde por enésima ocasión los pupilos de Rod Marinelli dejaron de tacklear al contrario.
Como cambiaron las cosas de una semana a otra, y con una ofensiva de los Cowboys que simplemente no salieron en su día, la defensiva fue expuesta, teniendo que lidiar con una secundaria que por ahora no es la ideal.
El juego comenzó con un tres y fuera para Prescott, mientras que los Broncos abrieron el marcador en su primer turno en serie de ocho jugadas para 78 yardas con pase de Siemian para Sanders. Mostrando tranquilidad y usando todas sus armas, la serie fue la dosis que le dio la ventaja inicial, pero también demostró que la defensiva visitante se perfilaba para una larga tarde.
El juego terrestre, que hasta ahora ha sido el enfoque de Scott Linehan y compañía en cuanto al control del reloj, se fue a segundo término con Prescott completando 30 de 50 envíos, dos anotaciones con dos intercepciones para un rating inferior al 70.0, algo que no se había visto desde aquel maremoto en los pantanos de New Jersey la temporada pasada ante los Gigantes.
La segunda ofensiva de los Vaqueros de nuevo resultó en otra patada de despeje, y con una genialidad de Demarcus Lawrence en presión sobre Siemian al forzar un balón suelto recuperado por Maliek Collins, de pronto Prescott se encontraba en la sombra de las diagonales contrarias. Un dardo para Dez Bryant y los Vaqueros empataban los cartones a siete por bando.
Pero si el arma en la semana uno fue la defensiva, aquí tuvieron que ver como los Broncos tomaban el balón con el juego empatado y en serie de 14 jugadas para 81 yardas que consumió 6:45 del reloj de juego mostraba de nuevo que la suma de sus partes los perfilaba para un dominio de ambos lados del balón.
Todavía en la primera mitad, los Broncos de nuevo obligaban a otra patada de despeje y como por diseño anterior la ofensiva en esta ocasión recorrió 51 yardas para otra anotación, la segunda para Sanders en pase desde la yarda seis del territorio vaquero, y así se iban arriba 21-7 ante la algarabía de los locales.
Un gol de campo de Dan Bailey los acercaban 21-10 rumbo al descanso, luego de una primera mitad que duró una hora y veinte minutos más de lo esperado al ser suspendido el juego con la amenaza de tormenta eléctrica en la región, mandando a ambas bancas a los vestidores cuando restaban :33 en el primer cuarto.
La segunda mitad fue pan con lo mismo, con los Broncos saliendo con el pie derecho al recibir la patada de salida y en serie de 15 jugadas para 75 yardas y la anotación de Anderson en acarreo desde la 23 de los Vaqueros. Dicha escapada pareciera el principio del final para el equipo de Jason Garrett, en particular el hecho de ver como Anderson no fuera vencido en su afán de llegar a la zona prometida.
Ya como para sellar esta pesadilla, y con los Broncos extendiendo su racha de seis victorias consecutivas ante los Vaqueros, el esquinero Aqib Talib interceptó pase de Prescott a las diagonales regresando el balón 103 yardas que con el punto extra y menos del minuto restando, ponía el marcador 42-17 que a la postre fue el final.
Poco rescatable en esta derrota, pero lo más alarmante fue ver a estos Vaqueros completamente a la deriva a la ofensiva. La semana pasada los Gigantes no mostraron ningún balance ofensivo, factor que fue aprovechado por la defensiva, pero en esta ocasión la falta de posesión puso mal parado a esta defensiva que poco a poco se fue desmoronando.
Tal pareciera que los Broncos tomaron el guión de éxitos anteriores de los Vaqueros, donde la calma del mariscal de campo fue el poder contar con un juego terrestre que a su vez abrió el juego aéreo y pudo ser aprovechado por su propia defensiva. En este caso el contrario mostraba a un mariscal de campo presionado, abajo en el marcador, sin juego terrestre y una defensiva que no pudo parar a nadie.
No es la tónica para una victoria.