A estas alturas de la temporada el video y las tendencias se conocen de sobra, al grado de que el hecho de planear para esto o aquello es simplemente un juego de ajedrez.
Ante Andy Reid y la marea rojo y amarillo era el buscar a como diera lugar maniatar a la ofensiva número tres de la liga, con un mariscal de campo en Alex Smith sin intercepciones y el mejor corredor de la liga en la persona de Kareem Hunt.
Poca cosa tomando en cuenta lo endeble en momentos de la defensiva de Rod Marinelli.
Con todo y una jugada restando :02 en el reloj de juego de la primera mitad donde los Jefes de Kansas City le sacaron todo el aire al globo del AT&T Stadium, los Vaqueros supieron como liberarse de las nubes negras del negativismo y se alzaron con una victoria 28-17 ante un equipo que promete ser un verdadero protagonista en enero de la Conferencia Americana.
En un compromiso que prometía ser un tiroteo al puro estilo del viejo oeste, las primeras ofensivas parecieran que eran parte de un episodio de la Dimensión Desconocida, con los Vaqueros ocupando a Chris Jones luego de la primera ofensiva, y los visitantes lo mismo con Dustin Colquitt, luego de irse sin poder obtener tracción alguna.
Nada para nadie.
Tanteándose como boxeadores bajo la lupa de sus propias esquinas vigilando de cerca.
Ya con 6:34 restando en el primer cuarto, una ofensiva de siete jugadas para 61 yardas ocupando 3:58 del reloj de juego abría la pizarra a favor del equipo de casa, donde Ezekiel Elliott fue ocupado en solo una jugada, siendo el resto trabajo del jugador más valioso Dak Prescott, usando a Terrance Williams en dos ocasiones, Jason Witten, Dez Bryant y culminado con el chaparrón de SMU, Cole Beasley, con pase desde la yarda seis para abrir el marcador.
Una primera mitad que seguía mistificando hasta al mismo Caín resultaba en un gol de campo de Harrison Butker de los visitantes de 38 yardas para un 7-3 a mitad del segundo cuarto.
Inverosímil para muchos, que tanto Jefes y Vaqueros estaban todavía con marcador beisbolero a estas alturas.
Quien lo iba a pensar.
Pero esa es la NFL, impredecible hasta decir basta. La verdad es que esto tenía tintes a estas alturas de ser un juego donde la moneda pudiera estar en el aire hasta la pausa de los dos minutos, algo que es del gusto del amante del rudo deporte de las tackleadas.
Otra ofensiva vaquera comenzando desde su propia yarda 18 con 1:44 restando en el reloj de la primera mitad, redituó en serie de siete jugadas para 82 yardas en tan solo 1:31 del reloj de juego que culminó con jugada personal de Prescott desde la yarda diez para una espectacular anotación a la marca naranja de la esquina derecha.
Aquí es cuando las cosas se tornaron un tanto tétricas. Un castigo en contra de Byron Jones que fue decididamente dudoso de la cuadrilla de Pete Marinelli le dio quince yardas a los Jefes y luego de un pase completo para 12 yardas con el receptor abierto Charchandrick West, el balón estaba en a 44 de los Jefes con :02 en el reloj de juego.
Lo que sucedió a continuación es de esas jugadas que pasan al salón de las desgracias de un equipo de la NFL, o en realidad de cualquier equipo del deporte organizado de la tackleadas – pase corto completo con el velocista Tyreek Hill, y de pronto en el centro del campo con una defensiva decididamente preventiva, le dan un bloqueo y como 'shazaam', de pronto adentro de las diagonales y con el punto extra se iban al descanso 14-10 a favor de los Vaqueros.
Con los Jefes recibiendo para abrir el tercer cuarto, el augurio era un cuervo negro en la esquina. Y al ver como en este tercer capítulo se perfilaban nueve jugadas para 62 yardas con una pase para el ala cerrada Travis Kelce para la anotación, pues era el 'oh-oh' generalizado en el coso en Arlington.
Pero calma, dijo Prescott. Sabiendo la importancia de mantener la tranquilidad, ante todo, se pusieron a trabajar en una senda serie de 12 jugadas para 75 yardas, ocupando un saludable 5:37 del reloj de juego siendo el acarreo de Elliott desde la dos para el 21-17 luego del punto extra del infatigable Mike Nugent.
De nuevo la defensiva pudo establecer la presión y de pronto era otra patada de despeje para el equipo de Andy Reid, como para ya ponerle el dedo sobre la yaga. Ya controlando el curso del juego, estos Vaqueros dieron una cátedra del juego ofensivo con un verdadero tutti frutti de opciones para culminar con el segundo pase de anotación del chaparrón de oro, Cole Beasley, para el 28-17 final.
Prescott de nuevo fue la bujía con sus 21 completos de 33 intentos para 249 yardas y dos pases de anotación, esquivando al contario con solo una captura. El héroe fue Terrance Williams con sus nueve recepciones para 141 yardas, que aun sin anotaciones fue el apunte de la velada, tomando en cuenta las once ocasiones que se le tiró el balón a Dez Bryant para seis completos y 73 yardas.
Las dos anotaciones de Beasley verdaderamente valieron el boleto, mientras que la insistencia con Elliott resultó en 27 acarreos para 93 duras yardas de gente grande.