FRISCO -- Ha pasado casi un año desde que Dak Prescott salió en camilla con los ojos llenos de lágrimas y un tobillo casi destrozado ante una ovación miles de personas en el AT&T Stadium, la temporada pasada, y hasta de los rivales.
Pocos creían que el quarterback de los Cowboys podría regresar de esa terrible lesión antes de un año; menos que llegaría este lunes por la noche ya con dos partidos de temporada regular y un desempeño más que sobresaliente.
Prescott y los Cowboys recibirán a los Philadelphia Eagles en su primer partido del año en casa y que mejor que contra su más acérrimo rival de los últimos años en la lucha por la posición de privilegio en la División Este de la Conferencia Nacional.
"Va a ser muy emociónate salir corriendo desde el calentamiento por ese campo frente a nuestros fans, después de todo lo que vivimos el año pasado", dijo Prescott. "Atravesamos muchas cosas. Fue un año muy duro para todo. Desde el Covid y en mi caso la lesión".
De cualquier manera, Prescott tratará de enfocarse más en el partido, en sus obligaciones, que en recordar su peor momento como jugador de futbol americano.
"Estoy muy agradecido por todo el apoyo que me dieron los aficionados aquel día y todo el año durante mi rehabilitación. Trabajé duro", mencionó. "Pero tengo que darle vuelta a mi mente y concentrarme en la defensiva de los Eagles y lo que tengo que hacer para ganar el partido".
Muchos de sus compañeros prefieren dejar ese mal momento en el olvido y disfrutar la semana de su primer juego en casa, con un estadio que se espera lleno por completo por más de 90 mil aficionados por primera vez precisamente desde el último partido de la temporada 2019.
"Será muy agradable ver de nuevo a Dak en nuestro estadio", dijo el corredor Ezekiel Elliott. "Ya vieron cómo regresó. Está jugando a un muy alto nivel. A mi no me sorprende. Desde el día uno he visto cómo se prepara y cómo trabaja. También será muy agradable ver ese edificio lleno por completo. Ha pasado tiempo".
Los Cowboys fueron de los muy pocos equipos que tuvo asistencia en todos sus juegos del año pasado como local, aunque nunca por encima de los 31 aficionados con la capacidad limitada y las regulares de liga y estatales impuestas.
La temporada fue complicada incluso desde antes de la lesión de Prescott, pero se puso mucho peor después. Los Cowboys perdieron los siguientes cuatro partidos en el que tuvieron en la cancha a tres quarterbacks diferentes; ninguno estará en la banca siquiera este lunes por la noche.
"Es muy importante cada vez que Dak está allá afuera", dijo el entrenador MIk McCarthy. "Es la cara de nuestro equipo de futbol. Sólo desde la perspectiva ofensiva, somos un equipo diferente cuando él está a cargo".
Enfrentará por vez primera los Eagles con Jalen Hurds como quarterback, a quien conoce bien desde que era un jovencito de preparatoria, porque Prescott lo recibió cuando fue a la Universidad de Missippi State antes de decidirse por Alabama.
La mermada defensiva de Dallas, por Covid y lesiones, sabe que tendrá que aplicarse al 100 por ciento para detener la ofensiva de los Eagles con Hurds, quien puede pasar sobre la carrera hacia los lados y es muy elusivo cuando decide correr en campo abierto.
El año pasado, Hurds abrió como titular en el AT&T Stadium. Completó 21 de 39 pases para 342 yardas, un touchdown y corrió para otras 69 yardas.
"Creo que lo más valioso que pudo pasarme fue tener la oportunidad de jugar y mojarme los pies allá afuera…", dijo Hurts. "Será un buen partido de futbol".