(Nota: El artículo original fue escrito por David Helman, escritor para DallasCowboys.com, y traducido al español para SomosCowboys.com)
FRISCO, Texas - Un día después de que Byron Jones partiera hacia Miami, Robert Quinn aceptó un acuerdo con los Chicago Bears por un contrato de cinco años y $70 millones, con $30 millones completamente garantizados.
Es un gran contrato para Quinn después de una temporada de renacimiento en Dallas. Los Cowboys canjearon una selección de draft de sexta ronda a Miami a cambio del ex All-Pro, y él respondió con 11.5 capturas, su total más alto desde que registró 19 en la temporada 2013.
Quinn fue uno de los pocos destacados en una defensa de Dallas que fue inconsistente la temporada pasada. Después de perderse los dos primeros juegos debido a una suspensión, él fue el miembro más firme en la línea defensiva de los Cowboys, sumando 34 tacleadas, 13 tacleadas para pérdida y 22 hits de mariscal de campo junto con su total de capturas.
Su partida enfatiza aún más lo que parece obvio en esta temporada baja: los Cowboys tienen mucho trabajo por hacer para completar su defensa este año.
Se esperaba que la secundaria de los Cowboys perdiera a Jones, pero su línea defensiva no emplea mucha experiencia. Obviamente, DeMarcus Lawrence está bajo contrato en el futuro previsible, y se le une el veterano de tercer año Dorance Armstrong. Detrás de ellos, están el par de Joe Jackson y Jalen Jelks, que fueron selecciones del tercer día del draft el año pasado.
Los Cowboys obviamente tienen tiempo para abordar el problema. La agencia libre no abre de manera oficial hasta el miércoles y durará varias semanas. Después de eso vendrá el draft de la NFL.
Pero para una defensa a la que actualmente le faltan hasta seis contribuyentes principales del grupo del año pasado, es justo preguntarse dónde obtendrán los Cowboys su producción en 2020.