FRISCO, Texas – Nunca hubo engaño, ni dieron falsas esperanzas rumbo a la agencia libre. Los Cowboys anticiparon que la prioridad era crear espacio en el tope salarial y priorizar la renovación contractual de sus propios potenciales agentes libres.
Así han hecho desde la semana pasada, de manera clara y contundente. Pero terminaron de arreglar la primera parte de su principal problema, el hueco en los límites de dinero que pueden gastar este mismo lunes.
Después del lunes los Cowboys están en mucho mejor posición para negociar con sus 16 agentes libres restantes, después de que han tenido que mover cielo, mar y tierra con reestructuraciones contractuales y han tenido que ver partir a dos receptores que fueron productivos para ellos en sus diferentes niveles de expectativas.
Los Cowboys crearon primero alrededor de 22 millones de dólares activando reestructuraciones en los contratos de Dak Prescott y Zak Martin. Después siguieron con los cortes del ala cerrada Blake Jarwin y del pateador Greg Zuerlein, que por cierto hace tiempo no era el jugador favorito de muchos aficionados y tal vez de varios de sus compañeros.
Pero en ese tema, la mejor noticia para esos fans fue que por fin se convenció DeMarcus Lawrence de firmar un nuevo contrato en el que libera casi la mitad de su impacto en el tope salarial.
Más importante aún, demuestra que quiere jugar para los Cowboys y que pretende ser recíproco con la única organización para la que ha jugador futbol americano profesional; la que ha aguantado años de lesiones, como el más reciente, en el que sólo participó en ocho partidos, en los que logró 4.5 capturas, provocó dos balones sueltos y consiguió una intercepción que regresó para touchdown.
Con los Cowboys en la que se convertirá en la primera ala defensiva en la historia de la NFL con siete temporadas de contrato garantizado, si se considera que en el 2018 fue jugador franquicia.
Dentro del campo, es el liniero defensivo más importante que pueden tener en este momento. Más aún si se consideran la ausencia de Randy Gregory, quien se espera no regrese al equipo, y las incógnitas con jugadores como Dorance Armstrong y Carlos Watkins.
Su presencia ayudará en el desarrollo y libertad por todo el campo de juego de Micah Parsons. El desempeño de Lawrence no sólo se mide en capturas, va mucho más allá, como la presión que genera, la distracción que provoca en el plan de juego rival para que otros alcancen a hacer las jugadas. Y sigue siendo el mejor frontal que tienen contra la carrera.
Si está sano toda la temporada, también recuperará ese ritmo de capturas que fue una de las razones principales para que los Cowboys le dieran aquel contrato en el 2019 por 105 millones de dólares.
Pero ahora necesitaban de su criterio al bajar su número en el tope salarial de 27 millones de dólares a 14 millones, para tratar de seguir reforzando esa defensa, con lo que su vida productiva en la NFL seguramente también se beneficiará.
Los Cowboys ya acordaron con Michael Gallup, el safety Malik Hooker y el centro largo Jake McQuaide en contratos amigable con respecto al tope salarial en sus respectivos niveles.
Canjearon a Amari Cooper a los Cleveland Browns para dar otro respiro de 16 millones en ese límite que pueden gastar los equipos de la NFL. Zuerlein y Jarwin cooperaron con cinco millones.
Era casi inevitable que vieran irse al receptor Cedrick Wilson a Miami y tampoco pudieron evitar que otros jugadores como el safety Jayron Kearse tenga ya la libertad de negociar con el equipo que quiera.
Pero sí pueden ir a competir por la permanencia de Kearse y colega Demontae Kazee, o empezar a buscar refuerzos externos discretos que tengan flexibilidad económica en posiciones claras de necesidad como linebacker, ala defensiva, receptor suplente y pateador de despeje, así como la posibilidad de algún liniero ofensivo suplente con experiencia, sobre todo cuando ya avisaron al tackle La'el Collins que puede comenzar a buscar otro empleo.
Incluso los Cowboys también se lo están buscando, vía canje, porque están convencidos de que Terence Steel les da buenas posibilidades en el campo y mejores en el tope salarial.
Y el resto tratarán de conseguirlo en el Draft colegial.
Sobre advertencia no hay engaño y los Cowboys están haciendo lo que había dicho que harían. Tendrán una temporada completa para probar si tenían razón en su estrategia…